Autor: Isabel Gómez

  • Primera gala, comienza el espectáculo

    Primera gala, comienza el espectáculo

    Como era de esperar, el estreno de Supervivientes no dejó indiferente a nadie. Pasadas las diez de la noche aparecía en primer plano un Jorge Javier enérgico y lleno de alegría dando el pistoletazo de salida a lo que prometía ser una gran gala. A los cinco minutos ya se hizo notar la tensión en plató debido al impagable encontronazo que tuvieron Chabelita y su todavía marido Alejandro Albalá. Ambos acudieron para defender a sus nuevas parejas, Alberto Isla y Sofía Suescun.

    Los espectadores pudimos ver de qué manera la expareja se pasó la noche como el perro y el gato, un nuevo Alejandro reconvertido en estrella televisiva con actitud chulesca, vacilante, atacando y buscando constantemente el enfrentamiento con la hija de Isabel Pantoja e incluso bromeando sobre ella con el presentador. Para mi asombro, anoche no había ni rastro del Alejandro que se mostraba tímido ante las cámaras y en ocasiones llegaba a taparse la cara. Todo empezó cuando éste aseguraba que Chabelita todavía sentía cosas por él. “Yo creo que sigue enamorada de mí la chiquilla”, explicó el hijo de Paz Guerra, a lo que la hija de la tonadillera respondió que él había parado el proceso de divorcio. Lejos de mantener la boca cerrada, Albalá no dudó en ironizar sobre los kilos que había cogido el novio de Isabel. La contestación de la pequeña de los Pantoja no se hizo esperar y se la devolvió afirmando “que estaba llenito de amor”, a lo que entre risas Alejandro comentó, con tono jocoso, “como sea del mismo del que me daba a mí”.

    Durante el programa también pudimos escuchar a Mayte Zaldívar hablando sin tapujos de su estancia en prisión, con actitud desafiante y refiriéndose a Isabel Pantoja como “la que canta”. Lo que tampoco pasó desapercibido fue la buena relación que se pudo ver entre la ex de Julián Muñoz y el novio de Chabelita, al que poco parecía importarle que la malagueña hubiese sido una gran enemiga de su suegra en el pasado.

    Finalmente, los supervivientes quedaron divididos en dos equipos. Uno ocuparía el “lado bueno” de la isla con mayores comodidades y recursos y otro el “lado salvaje”. Tras las nominaciones, fueron cuatro mujeres las que salieron a la palestra: Mayte Zaldívar, Saray Montoya, Isabel Castell y Melissa Vargas, se juegan esta semana su estancia en el concurso. ¿Quiénes serán las dos primeras expulsadas?

    Isabel Gómez Rodríguez, periodista

  • Supervivientes 2018

    Faltan menos de 24 horas para que arranque la nueva edición del reality más salvaje de la televisión, los concursantes ya están en Honduras desde el pasado fin de semana y el equipo trabaja a contrarreloj ultimando detalles para que todo esté a punto en la primera gala, que dará comienzo hoy jueves 15 de marzo a las 22:00 horas en Telecinco de la mano de Jorge Javier Vázquez, quien la presentará mano a mano con Lara Álvarez, que traerá la última hora desde la isla, y con Sandra Barneda, que será la encargada del debate.

    Aunque para mi gusto el casting de este año es flojito, estoy convencida de que los supervivientes van a dar juego y mucho que hablar. Sin duda alguna, Mayte Zaldívar es el fichaje estrella de la edición. La que en su día fue mujer de Julián Muñoz regresa a los platós tras haber cumplido condena de cárcel por el caso Malaya. Además estoy segura de que lo hará con más fuerza que nunca y podremos verla con una actitud bastante guerrera, ya que se trata de una mujer con carácter, que no se calla ni debajo del agua y que tiene mucho que contar. ¿Aprovechará su estancia en la isla para hablar de lo que nunca ha hablado? ¿se atreverá a decir algo que pueda poner entre las cuerdas a Isabel Pantoja? Otras de las grandes incorporaciones son Raquel Mosquera y María Lapiedra, que ha adquirido un gran protagonismo mediático en los últimos meses, al verse involucrada en una trama amorosa con el paparazzi Gustavo González. Por último, cómo no mencionar al reaparecido Alberto Isla, actual pareja y padre del hijo de Chabelita. El gaditano, que no es bien recibido en el clan Pantoja, parece que viene con la lección muy bien aprendida y por supuesto aleccionado por la hija de la tonadillera.

    En definitiva, dieciséis serán los concursantes que dentro de unas horas darán el mítico salto del helicóptero marcando así el comienzo de esta nueva aventura que promete ser de todo menos aburrida.

    Isabel Gómez Rodríguez, periodista

  • Prostitución: ¿Legalizamos o perseguimos?

    Prostitución: ¿Legalizamos o perseguimos?

    Actualmente nos encontramos en un momento en el que está abierto un complicado debate social, se discute a favor o en contra de legalizar la prostitución. Lo que hace replantearnos algunas preguntas ¿La legalización traería más consecuencias positivas o negativas? ¿Conseguiría reducir la trata de personas, o por el contrario la aumentaría? La prostitución es el segundo mayor negocio del mundo, mueve millones de euros y es un gran “lobby” con una enorme capacidad de presión social y política. Con ella se fomenta la trata de personas, algo de lo que no son conscientes una gran parte de los consumidores. Por eso, es fundamental educar e informar tanto a jóvenes como a adultos, para que puedan ver que más allá del simple ocio, se cometen delitos, secuestro, violaciones y maltrato.

    Diría que precisamente la legalización no es la mejor solución para este problema, considero que es un paso atrás, ya que conseguiría empeorar la lamentable situación en la que se encuentran hoy en día muchas prostitutas. Esta medida es un regalo para los proxenetas y los traficantes. Lejos de progresar, esta opción no supone un control de la industria del sexo, sino que la expande. Además, al aumentar el número de burdeles se dispararía el tráfico de mujeres y bajarían los sueldos de estas, lo que conllevaría un incremento de la demanda y por lo tanto se estaría promoviendo el tráfico y el turismo sexual, de la misma manera que ha ocurrido en países como Ámsterdam.

    Apoyo más la idea de poner en marcha un proceso de regulación que controle dicho servicio, ofrezca seguridad a las personas que se dedican a ello y les proporcione unos derechos. Me parece que lo correcto sería controlar este oficio desde dentro y establecer sus pilares legalmente, lejos de las mafias que se aprovechan de las mujeres para favorecer sus propios intereses.

    Otro de los aspectos que refuerza la idea de regularizar la prostitución es la desigualdad, ya que sitúa a los hombres en una posición superior y con un cierto dominio sobre las mujeres, debido a que ellas hacen el trabajo, pero los beneficios van para las manos y los bolsillos de los empresarios que se dedican a este negocio. Los proxenetas no les dan a las prostitutas el dinero que les corresponde, más bien les roban, se aprovechan de su situación y de su trabajo para así enriquecerse a su costa, y ante eso ellas no pueden hacer nada, ya que se encuentran indefensas, desprotegidas ante la ley y privadas de derechos.

    En conclusión, la regulación me parece la medida más acertada, ya que hoy en día no hay ninguna vigilancia. Si existiera, los hechos llevados a cabo en esta industria quedarían registrados y los proxenetas no tendrían tanta facilidad para mover sus hilos libremente. La prostitución se debería regular como cualquier otro empleo, con sus límites de horas de trabajo, días de vacaciones necesarios, salario digno y establecido, llevando a cabo los pertinentes controles de sanidad obligatorios. Hay que dejar claro que si lo que se busca es progresar en este sector, es vital impulsar y apoyar propuestas que sí supongan un avance en cuanto a los derechos humanos, el trato digno de los trabajadores y la mejora de las condiciones laborales.

    Isabel Gómez Rodríguez, periodista

  • Cambiar el enfoque para luchar contra la Violencia de Género

    El aumento en los casos de violencia de género es evidente, cada vez son más las noticias que aparecen en los distintos medios de comunicación y con mayor frecuencia, por lo que se ha convertido en un tema de presencia habitual. Esto ha generado un gran debate en torno a las causas que los provocan, que a la vez ha sido transformado en motivo de disputa entre hombres y mujeres. ¿Qué responsabilidad se les da a las mujeres y qué importancia tienen sus actitudes? ¿Se está avanzando positivamente en este asunto? o por el contrario ¿Se siguen manteniendo opiniones propias de una sociedad patriarcal?

    A diario observamos cómo padres y madres en general repiten a sus hijas una y otra vez las típicas frases de “no vuelvas sola a casa”, “no vayas por calles oscuras” o “no salgas de noche por si te pasa algo”. En vez de advertir y aconsejar a las mujeres, lo que se debe hacer es educar a los hombres para que no cometan agresiones, violaciones ni tengan comportamientos molestos con las mujeres.

    Lo mismo sucede con las campañas publicitarias, que se centran en respaldar al colectivo femenino y decidles donde tienen que llamar en caso de urgencia, en lugar de dirigirse directamente a los agresores y concienciarlos de alguna forma de que son ellos los que no tienen que actuar de esa manera. ¿No sería más eficaz enfocar las campañas hacia los hombres para que no agredan a las mujeres, que para mostrarles a éstas como deben actuar si son maltratadas?

    El problema está en que no se quiere mirar al objeto causante, sino que se victimiza aún más a las personas que lo sufren. Hace unos meses tuve la oportunidad de entrevistar en Radio Castilla-La Mancha a una experta en violencia de género, Pilar López Díez, quien señalaba que “en los casos de agresión sexual hay que poner el foco en el sujeto activo, que es el presunto abusador o violador”. Por lo que resulta especialmente importante dirigirnos al sector propenso a cometer este tipo de hechos.

    Otro de los aspectos que me parece importante destacar es el lenguaje utilizado por los periodistas para informar de estos casos. A menudo, en los medios de comunicación nos encontramos noticias que intentan de alguna manera justificar lo ocurrido, e incluso aportan detalles desagradables e innecesarios acerca de las víctimas. He llegado a leer artículos de violencia de género en los que se habla sobre si la ropa que llevaba la mujer asesinada era provocativa o no, y si la falda era demasiado corta. Considero que no es preciso desvelar esa información para narrar lo sucedido, ya que son datos irrelevantes que lo único que hacen es incrementar el morbo, y por supuesto que nadie debería de hacer ningún comentario sobre cómo van vestidas las mujeres afectadas.

    Lo que está claro es que para solventar el problema hay que llegar al fondo del asunto, y muchos especialistas apuntan a la educación como una de las bases principales. Además, consideran necesario implantar en los planes de estudio asignaturas o talleres dedicados a la lucha contra la violencia de género. Es fundamental educar a niños y niñas en la igualdad de género. Asimismo, insisto en que hay que respetar a las mujeres y lo femenino, de la misma forma en que se respeta a los hombres y lo masculino.

    Isabel Gómez Rodríguez, periodista