Categoría: Patrimonio

  • El Círculo Mercantil de Nerva, todo un icono de la vida social del municipio

    El Círculo Mercantil de Nerva, todo un icono de la vida social del municipio

    La localidad nervense siempre se ha caracterizado por fomentar las diferentes asociaciones culturales y sociales, como se pone de manifiesto en este centro que fue fundando a principios del siglo XX

    Si hablamos de edificios singulares de Nerva, sin duda, el primero que se nos viene a la mente es su Ayuntamiento, tanto por su belleza como por su llamativo diseño, un emplazamiento en el que destaca su color rojizo y su torre octogonal. Quizás por este motivo han pasado desapercibidas otras joyas de la arquitectura nervense, como sucede con el Círculo Mercantil, un edificio fundado a principios de siglo XX que cuenta hoy con multitud de servicios y asociaciones tras ser reformado.

    Situado, precisamente, junto al Ayuntamiento nervense, el Círculo Mercantil se encuentra en el corazón de la localidad, lo que le sitúa en un enclave importantísimo dentro del municipio.

    En cuanto a su estructura, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) detalla que “es una edificación de tres plantas de altura, con los huecos de las dos primeras plantas terminados en arcos de medio punto, mientras que los huecos de la tercera planta son de corte cuadrangular. La composición de huecos es totalmente homogénea, con un recercado que enmarca los mismos, consiguiendo una fachada sobria y estéticamente muy interesante”.

    Una relevancia patrimonial que tan sólo es un reflejo de la historia de Nerva, dado que la localidad ha sido sede de diversos casinos y entidades a lo largo de su trayectoria, desde el Ateneo a diferentes sociedades culturales. Una prueba de la riqueza cultural de esta parte de la Cuenca Minera de Huelva.

    En definitiva, estos son los principales datos de este edificio que no sólo cuenta con un enorme atractivo arquitectónico, sino que, hoy por hoy, es todo un icono de la vida cultural y social de Nerva.

  • Las centrales térmica y eléctrica de Riotinto, toda una revolución en la Cuenca Minera

    Las centrales térmica y eléctrica de Riotinto, toda una revolución en la Cuenca Minera

    Esta semana dedicamos nuestra sección de Patrimonio a dos edificaciones de inicios del siglo XX que fueron declaradas BIC y no se encuentran en buen estado

    Aunque hoy pocos se acuerden de esta edificación, lo cierto es que la construcción de la Central Térmica de Minas de Riotinto fue toda una noticia para la Cuenca Minera a inicios del siglo XX, por ser toda una revolución en materia energética en la comarca.

    Construida en 1908 con ladrillo y piedras, la Central Térmica Huerta Romana se inauguró el 1 de enero de 1909, estando situada cerca de la presa Sur (Dique Central o Dique Balneario) del que tomaba el agua para los enfriadores.

    Una planta que daba servicio a las empresas, puesto que la primera conexión tuvo lugar en 1909 al Pozo Guillermo (Masa San Dionisio), así como a los propios ciudadanos, dado que se utilizó para el alumbrado público en Bellavista en 1909 y, para cocinar, en 1929. Luego, su utilización en El Valle y en otros pueblos de los alrededores tuvo lugar en 1920.

    Según explica el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), “la generación se hacía a 3150 V y el transporte a 3000 V. Inicialmente los generadores eran dos máquinas BELLIS & MORCOM de vapor (190 p.s.h.) acoplados a dos alternadores de 750 Kw. El primer turbo alternador se instaló en 1911 y tenía una potencia de 1500 Kw. El cuarto y último instalado tenía una potencia de 10.000 Kw y era accionado por una caldera JOHN THOMPSON que suministraba vapor a 350 p.s.i. (1955)”.

    Una tecnología que no evitaba que, a veces, hubiera restricciones, pues siempre se priorizaba la iluminación y electrificación de la mina y tan sólo se podía utilizar luz doméstica nocturna y luz conmutada.

    La central se clausuró en el año 1966, teniendo entonces contrato con la Cía. Sevillana. Desde entonces, el edificio se fue deteriorando y, en la actualidad, esta antigua central presenta graves desperfectos, pues ha perdido casi la totalidad de la cubierta y su sostenimiento, lo que hace que se encuentre en un estado cercano a la ruina. Especialmente deteriorada se encuentra la chimenea, muy afectada por el paso del tiempo.

    Del mismo modo, en Minas de Riotinto también puede apreciarse aún la edificación de la antigua central eléctrica, que fue construida por la Compañía Sevillana de Electricidad S. A. en 1926. Se trata de un edifico de unas dimensiones de 10 metros de ancho y 8 metros de altura, con estructura de muros de carga de ladrillos.

    Dos edificios que se encuentran declarados Bien de Interés Cultural, en las categorías de Sitio Histórico de la Zona Minera de Riotinto-Nerva, según el decreto de la Junta de Andalucía de 2005. Dos muestras más, en definitiva, del rico patrimonio minero.

  • El mítico ‘Vagón del Maharajá’, una joya del ferrocarril minero de Riotinto

    El mítico ‘Vagón del Maharajá’, una joya del ferrocarril minero de Riotinto

    Construido en 1892 para que la Reina Victoria realizara un viaje entre Inglaterra y la India, se trata del vagón de vía estrecha más lujoso del mundo y se conserva el Museo Minero de Riotinto

    Cuando hablamos de la importancia del Ferrocarril Minero de Riotinto, a veces no apreciamos algunas de las maravillas que tuvo este emblemático medio de transporte que situó a la provincia de Huelva en la vanguardia de la Península Ibérica a finales del siglo XIX. Para valorarlo un poco más, hoy queremos recordar una de las auténticas joyas que formaron parte de este tren.

    Nos referimos al ‘Vagón del Maharajá’, que fue construido en 1892, especialmente para que la Reina Victoria realizara un viaje desde Inglaterra a la India, con lo que puede imaginarse el mimo que se puso en su diseño.

    Tanto es así que está considerado el vagón en vía estrecha más lujoso del mundo. Por ejemplo, en su interior, no deja a nadie indiferente cómo se encuentra forrado de piel y madera.

    Pero, ¿qué relación tiene este vagón con la Cuenca Minera? Pues mucha, puesto que, posteriormente, fue utilizado por la Regente María Cristina –aunque según las fuentes apuntan a Alfonso XIII- en su visita a la comarca minera onubense. Y, después, fue utilizado para el transporte de los directivos ingleses de la mina, de la Riotinto Company Limited.

    Se trata de un bello vagón que hoy puede contemplarse en el Museo Minero de Minas de Riotinto, dentro de su superficie expositiva, lo que es posible gracias a la iniciativa de la Fundación Río Tinto, que no sólo recuperaba 12 kilómetros de la antigua línea comercial de Riotinto, sino que también restauraba diversas locomotoras y vagones de la antigua compañía.

    Estamos, en definitiva, ante una joya ferroviaria que bien merece una visita.

  • 1.300 vagones, 143 locomotoras y 40 coches: los datos del ferrocarril minero de Riotinto

    1.300 vagones, 143 locomotoras y 40 coches: los datos del ferrocarril minero de Riotinto

    La importancia de la línea ferroviaria determinó que llegara a contar con cifras realmente llamativas

    Si venimos haciéndonos eco de las diferentes estaciones que tuvo el ferrocarril minero en su trayecto por la Cuenca Minera, era casi obligado fijar nuestra mirada en uno de los elementos más llamativos y de mayor riqueza de este tren onubense. Nos referimos a sus vagones, dado que esta línea ferroviaria contó hasta con 1.300 vagones y 2.000 vagonetas de mina.

    Una cifra considerable que pone de manifiesto el intenso tráfico de mineral que soportó este ferrocarril de Riotinto durante los años en los que se mantuvo activo.

    Pero, si seguimos con las cifras, este tren tuvo con hasta 40 coches que daba servicio al servicio de transporte de pasajeros.

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    Más llamativo para los amantes de los trenes puede ser el hecho de que constaba de 143 locomotoras de vapor, que llegaron a ser de hasta 10 modelos diferentes, clasificados por la compañía minera en 13 tipos. Todas ellas, excepto 6, fueron de fabricación inglesa y se construyeron entre los años 1874 y 1954.

    Junto a estas locomotoras de vapor, las más llamativas desde nuestro punto de vista actual, también hubo 7 eléctricas, que normalmente se utilizaban para los túneles de enlace entre las minas y zonas de tratamiento.

    Como se puede comprobar, son datos atractivos que demuestran la relevancia de un medio de transporte que hizo historia en la provincia de Huelva.

    Por este motivo, a partir de esta semana, iniciamos un nuevo ciclo en esta sección de Tinto Noticias en el que daremos cuenta de los vagones, locomotoras o coches de servicios, entre otros elementos llamativos, que han presentado grandes particularidades y que han pasado a la historia por sus características y su relevancia en la Cuenca Minera.

    Te invitamos a seguirnos y a realizar tus propias aportaciones a un aspecto de nuestro patrimonio que debe ser recordado y cuidado.

  • Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Las Cañas (y VIII)

    Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Las Cañas (y VIII)

    Es la más recóndita de la línea y se encuentra situada en un bello paraje de Berrocal, donde todavía son apreciables los restos de este edificio de estilo victoriano y las casas de los obreros que se edificaron a su alrededor

    La Estación de las Cañas se encuentra situada en el término municipal de Berrocal, siendo, efectivamente, una infraestructura del ferrocarril del siglo XIX en Huelva. Una zona que ha sido en gran parte expoliada, tal y como ha denunciado en varias ocasiones Ecologistas en Acción en Huelva.

    A pesar de ello, esta estación es una de las que mejor se conservan del ferrocarril minero, en gran parte debido a la dificultad de los accesos para llegar a la zona. De hecho, se trata de la estación más recóndita de todas las que se hicieron en la línea ferroviaria.

    Su estación contaba con un edificio de dos plantas de estilo victoriano, que tuvo una oficina de telégrafos y una sala de palancas, servicios que no pueden apreciarse en la actualidad.

    A su alrededor, el visitante puede comprobar como existen restos de otras construcciones de la zona, como las viviendas que se hicieron para los trabajadores del ferrocarril. Unas casas que se encontraban situadas a ambos lados de la vía. Sin embargo, estas infraestructuras se encuentran totalmente abandonadas y olvidadas, por lo que su estado es ruinoso.

    El último tren que pasó por la Estación de las Cañas lo hizo el 24 de febrero de 1984. Desde entonces, este bello paraje es poco frecuentado a nivel general, a pesar de la exuberancia de sus recursos naturales. Una cuestión que debemos hacernos reflexionar ante la importancia patrimonial e histórica de estos recursos.

    Y de esta forma finaliza nuestro recorrido por las diferentes estaciones de ferrocarril conservadas en la Cuenca Minera. Una línea construida en 1875, a lo largo de su trazado de 300 kilómetros. Por este motivo, hemos querido hacer un guiño para recordar y conocer cuáles fueron esas estaciones de un ferrocarril que situó a la provincia de Huelva a la cabeza de la Revolución Industrial en España.

  • Las estaciones del ferrocarril minero: Manantiales (VII)

    Las estaciones del ferrocarril minero: Manantiales (VII)

    Con varias viviendas y amplísimos talleres a su alrededor, era una de las de mayores dimensiones y tenía como cometido el cambio de locomotoras para paliar el desgaste del viaje entre Huelva y Riotinto

    La Estación de Manantiales, junto a la que había viviendas y amplísimos talleres, está situada a medio camino entre Huelva y Riotinto. Su cometido era el cambio de locomotoras en el recorrido del viaje.

    En concreto, la Estación de Manantiales era el final de las locomotoras que venían desde Minas de Riotinto, con dirección al Puerto de Huelva.

    Ubicada a un kilómetro al sur del puente Manantiales, la estación del mismo nombre estaba a la mitad del recorrido ferroviario entre Riotinto y Huelva. Está formada por media docena de casas y por la propia estación, separadas entre sí por algo más de un centenar de metros, viviendas que se encuentran en estado ruinoso.

    Se trató, en definitiva, de un punto estratégico del itinerario de la línea ferroviaria entre Huelva y Riotinto, pudiéndose ver, en ocasiones, el cruce de dos convoyes. Incluso, está considerada como una de las mayores dimensiones de todas las estaciones de este ferrocarril.

    A pesar de su importancia histórica y patrimonial, la zona ha sido objetivo del espolio en muchas ocasiones, por lo que en muchos de sus tramos de vías han desaparecido, estando sus construcciones, en muchos casos, en estado de abandono.

    Un lugar para recordar, dado su papel fundamental en la actividad minera de la Cuenca y de toda la provincia de Huelva de otro tiempo.

  • Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Berrocal (VI)

    Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Berrocal (VI)

    Siguiendo con nuestro recorrido por las estaciones de ferrocarril, esta semana nos paramos en Berrocal, donde todavía pueden verse los restos de las casas del ferrocarril que un tiempo discurrió por el municipio

    Siendo un lugar habitual para el paseo y para el senderismo de los habitantes de la zona, el entorno de la línea del ferrocarril minero es un espacio muy característico de la idiosincrasia de la Cuenca Minera, puesto que nos regala bellas estampas, naturaleza y, por supuesto, edificios ingleses.

    Un itinerario en el que pueden verse restos romanos, prueba de la rica historia minera. A lo largo del recorrido, todavía pueden observarse algunas edificaciones que quedan en el lugar, como sucede con la Casa de la Estación, una construcción que permanece en estado de abandono, lo que no impide que sea un espacio que llame mucho la atención dentro del paisaje.

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    Un tipo de edificios que fueron construidos por los mismos trabajadores del ferrocarril minero.

    Una línea ferroviaria que obligó al diseño del Puente Berrocal sobre la carretera de Zalamea la Real-Berrocal, una construcción de un sólo ojo y de unos ocho metros, construido por estribas de mamposterías y un tramo de hierro. Se encuentra enclavado en el término municipal de la localidad berrocaleña.

    En definitiva, uno de los espacios más bellos del entorno de la Cuenca Minera.

  • Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Estación El Manzano (V)

    Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Estación El Manzano (V)

    Se encuentra ubicada en el término municipal de Berrocal, donde todavía quedan algunos restos de un pequeño poblado que existía en su entorno, un espacio que, de nuevo, nos lleva a seguir la línea del río Tinto

    Situada en Berrocal se encuentra esta Estación El Manzano, un área geográfica que ya hemos analizado en alguna ocasión en esta sección dedicada a patrimonio, debido a que tiene una enorme relación con el ferrocarril. Y es en este lugar encontramos la Estación ‘El Manzano’, situada en la zona del Barranco del Lobo y el Dolmen de Mascotejo, siguiendo siempre la línea del río Tinto.

    Junto a la estación, los viandantes por este espacio encontrarán el Cortijo El Manzano, un edificio de 1914 con características propias de la arquitectura inglesa. Lo cierto es que alrededor del ferrocarril estaba la estación y un pequeño poblado, prácticamente desaparecido, del que tan sólo quedan restos de lo que fuera la antigua escuela.

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    Junto a la estación y el poblado, en esta zona encontramos un puente y un túnel, también conocidos como del Manzano, que, precisamente, fueron construidos con motivo del diseño de esta línea férrea de vía estrecha que construyó la Riotinto Company Limited en el último tercio del siglo XIX para unir la mina y el Muelle de Riotinto con el objetivo de transportar desde el Puerto de Huelva el mineral obtenido.

    Las obras del tren comenzaron en junio de 1873, siendo inaugurado el 28 de julio de 1875. Un ferrocarril que puso a la Cuenca Minera en la vanguardia de la Revolución Industrial en cuanto a transporte se refiere.

    En concreto, tal y como nos recuerda ‘Tierras del Descubrimiento’, “túnel y puente fueron construidos para salvar un impresionante meandro del río visible en su totalidad desde el Carril de Peñas Blancas. A la salida del mismo, aún se puede observar un andarivel o una especie de tirolina de construcción inglesa que servía para que la persona encargada del mantenimiento de las líneas de telégrafo y teléfono pudiera atravesar el río y desempeñar su labor en épocas de crecidas”.

    Incluso, si paseamos por la zona, también encontraremos restos del antiguo molino, que nos ofrece una bonita visión del río.

  • Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Apeadero Los Frailes (IV)

    Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: Apeadero Los Frailes (IV)

    La estación, situada en el término municipal de El Campillo, ha sido recuperada conservando su estructura original con fines turísticos, dado que forma parte del trazado del tren turístico

    En este recorrido que estamos realizando por las diferentes estaciones del ferrocarril minero era obligatoria una parada en el apeadero de los Frailes, un lugar conocido por los turistas que llegan a la Cuenca Minera, puesto que, hasta este punto, alcanza el actual tren turístico, que ha recuperado un trazado de 12 kilómetros para su uso recreativo.

    De hecho, este apeadero, ubicado en el término municipal de El Campillo, fue el último lugar recuperado para la explotación turística del tren. Una actuación que se centró en la vivienda, que se rehabilitó siguiendo su estructura original, lo que permite ver su buen estado actual, incluyendo los arriates. También se recreó el cartel del apeadero ‘Los Frailes’, con el tamaño y tipo de letra original, con la finalidad de que el turista pueda hacerse una idea de cómo era el ferrocarril minero a finales del siglo XIX.

    Como recoge el libro Río Tinto: Historia, Patrimonio Minero y Turismo Cultural, junto a la rehabilitación, también se le añadió un porche para que los visitantes pudieran acceder al apeadero.

    Además, junto al apeadero, hay un merendero muy coqueto que permite ofrecer un lugar de esparcimiento y descanso, tanto para los visitantes como para los vecinos de la zona. Un motivo más para visitar y conocer este lugar de la Cuenca Minera onubense.

    Como se puede comprobar, son iniciativas que se han venido poniendo en marcha para recuperar el patrimonio y la historia la comarca, al tiempo que se fomenta el sector turístico.

  • Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: La estación de Naya (III)

    Las estaciones del ferrocarril minero en la Cuenca: La estación de Naya (III)

    Aunque se encuentra en ruinas, esta semana recordamos la estación de ferrocarril de La Naya, adscrita a la aldea del mismo nombre, un poblado que surgió precisamente al amparo de la construcción del tren

    Perteneciendo al término municipal de Minas de Riotinto, ‘La Naya’ era el poblado minero más meridional. Una aldea que se construyó a partir de la compra de la mina por parte de los ingleses en 1873, en una finca que tenía este mismo nombre, ‘La Naya’, adquirida este mismo año por la compañía británica, por la Riotinto Company Limited.

    En un principio, la finca fue utilizada por la empresa como lugar de aprovisionamiento y logística de los operarios que, precisamente, construían el ferrocarril. Sin embargo, en 1876, este espacio ya se había dotado de viviendas y de una cantina para el avituallamiento de los empleados residentes en Naya.

    Un poblado que, a partir de aquí, fue creciendo, hasta el punto de que, en abril de 1883, se aprobó la construcción de 100 casas. Luego, en 1889 se construyó una ermita, un pequeño templo de una sola planta junto a la que se instaló un matadero.

    Un desarrollo que se debió principalmente al paso por la zona del ferrocarril, pero también porque se encontraba muy cerca de las áreas de procesado y fundición de mineral, por lo que muchos trabajadores adscritos a estos departamentos, como zarandas o lavadoras, residieron en La Naya.

    Las viviendas de los obreros tenían una sola planta con tres o cuatro habitaciones. Unas casas de unos 45 metros cuadrados construidos, que solían contar con una puerta y una o dos ventanas.

    A este tipo de viviendas se unieron a partir de 1922 casas para los jefes de las minas, de estructura similar, pero ya con baño incorporado.
    Un poblado o aldea que contó con su propia estación de ferrocarril. Una construcción de la que, desgraciadamente, en la actualidad, sólo se conservan sus ruinas, ubicadas cerca de Zarandas.