Irene Pascual, una mazagonera que triunfa con su rompedora cerveza artesanal

La joven maestra cervecera saca al mercado 21130, una cerveza especial que rompe con los estilos típicos

Su nombre es Irene Pascual Camacho, tiene 25 años, es natural de Mazagón y reside en Sevilla, donde juega al rugby en el equipo Corteva Cocos, actual campeón de la División de Honor Femenina. Pero Irene es ahora noticia porque, pese a su juventud, se acaba de convertir en una de las pocas mujeres que saca al mercado su propia cerveza artesanal, que ya puede adquirirse en varios establecimientos de Mazagón como Carnicería Centeno, Bar El Brujo, Restaurante El Choco o Bar Pub Kako, así como o a través del correo electrónico cerveza21130@gmail.com.

Su primera cerveza ha salido al mercado con el nombre de ‘21130’, que es el código postal de Mazagón, aunque la marca es ‘offside’, lo que da una pista del carácter rompedor de esta cerveza. «El nombre surgió porque soy jugadora de rugby y me gustó el término, ya que hace referencia a saltarse las normas y yo pretendo salirme de lo cotidiano, pues en este sector hay pocas mujeres que lancen su cerveza al mercado y hay que darle más visibilidad», declara la propia Irene.

Y si rompedora es la cerveza, no menos lo es el éxito que ya está teniendo la misma, hasta el punto de que, tras realizar una producción inicial de 1.000 litros, ya tiene claro que la próxima será de 2.000, con la que además espera poder llegar a más establecimientos. «Por ahora va mejor de lo que esperaba. A la gente le gusta la etiqueta y en un primer momento la compran porque se sienten identificados con ella, pero cuando la prueban quieren repetir. Estoy muy contenta por las críticas recibidas y por el boca a boca que se está produciendo, pero sobre todo por el apoyo al consumo local», subraya esta maestra cervecera de Mazagón.

Y es el que el consumidor se está encontrando una cerveza distinta y especial, ya que «rompe un poco con los estilos típicos buscados en cervezas artesanales, que últimamente tienden a estilos clásicos como las IPA y nuevos estilos muy afrutados», remarca Irene, tras lo que explica que «la mayoría de las artesanas emplean levaduras tipo Ale y en este caso yo he usado una tipo lager, que hace que cambien ciertos aromas y características de la cerveza, buscando menos complejidad aromática pero sí más armonía a la hora de beberla».

Se trata de «una cerveza de un color dorado y ligeramente amarga, pero que se ha elaborado buscando que se beba bien», prosigue esta maestra cervecera de Mazagón, para quien «hay que ser consciente de que vivimos en una zona donde la cerveza gusta fría y ligera, pero eso no quita que el consumidor busque algo distinto», añade Irene, quien por ello ha querido «resaltar un poco el amargor» y buscado «un estilo acorde a todo ello». El estilo es Bohemian Pilsener, que es el que dio lugar a la mayoría de las cervezas que están en el mercado.

Irene Pascual Camacho es ingeniera química y, como tal, empezó a interesarse por la cerveza artesanal hace cuatro años, cuando comenzó a elaborar cerveza en casa como hobby e incluso se imaginó sacando su propia marca. Por ello, aprovechando su formación como ingeniera química, «quise enfocar mi trabajo al sector cervecero y decidí especializarme como maestra cervecera», para lo que primero realizó un curso de experto en la Universidad de Sevilla y, posteriormente, una vez terminada la carrera, el máster de maestra cervecera.

«Con todo ello, una vez acabado, tenía que lanzar al mercado mi propia marca», destaca Irene, que no ha parado hasta que ha conseguido su propósito. Además, esta mazagonera no se va a detener aquí ni mucho menos, pues ya tiene incluso previsto «sacar al mercado otros estilos con otros códigos postales de la provincia de Huelva».

Irene trabaja actualmente para una pequeña fábrica de cerveza artesana, Guadalquibeer, donde le han permitido sacar su propia cerveza. Antes estuvo en otro proyecto en León para la empresa Lions Beer, que tenía mayor producción, pero «quise volver a mi tierra para estar cerca de mi familia y amigos y poder jugar con mi equipo», destaca esta cervecera nómada, como se llama a quienes producen cerveza pero no tienen fábrica propia.