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  • Sandfire Matsa impulsa la presencia femenina en la minería con el #TeamMineras

    Sandfire Matsa impulsa la presencia femenina en la minería con el #TeamMineras

    El objetivo de la iniciativa es acercar su importancia a los centros escolares

    Trabajadoras de las operaciones mineras de Sandfire MATSA han visitado distintos centros escolares próximos a sus instalaciones para compartir con los alumnos y alumnas su experiencia en el sector minero y explicarles en qué consiste su trabajo. Esta iniciativa, que se enmarca en el Día Internacional de las Mujeres, celebrado mundialmente cada 8 de marzo, tiene como objetivo poner de manifiesto la importancia de impulsar una mayor presencia de la mujer en la minería.

    Sandfire MATSA lleva a cabo habitualmente charlas divulgativas en colegios e institutos públicos de su entorno a través de su programa “Érase una vez…la mina”. En esta ocasión, la empresa ha querido darle un nuevo enfoque a esta ya tradicional iniciativa con motivo de esta efeméride, creando el #TeamMineras, formado por un grupo de cinco voluntarias en esta primera edición, y transformando esta iniciativa en “Érase una vez…una minera”.

    Aunque la compañía cuenta con representación femenina en sus distintas áreas y departamentos, estas charlas han sido impartidas por mujeres vinculadas específicamente con la operación, que, en muchos casos, desempeñan trabajos tradicionalmente asociados con los hombres: como el manejo de maquinaria o la conducción de camiones.

    Entre las participantes en este programa se encuentra Leonor Fernández, geóloga y primera mujer integrante de la Brigada de Rescate Minero de Sandfire MATSA, un equipo específicamente entrenado y formado para actuar en situaciones de emergencia. Además de Leonor, Rosario Rufo, camionera; Fátima Vázquez, operadora de bulonadora; Sandra Villanueva, operadora de saneadora; y Sonia Pérez, supervisora de mina; han sido las encargadas de representar a este #TeamMineras en las aulas de los siguientes centros: Colegio Público San José de Calasanz de Calañas, Colegio Público Virgen de Andévalo de El Cerro de Andévalo, Colegio Público Virgen de Gracia de Almonaster la Real, Colegio Público Santa Bárbara de La Zarza-Perrunal, IES San José de Cortegana e IES Diego Macías de Calañas.

    Los alumnos y alumnas han conocido las dinámicas de cómo se desarrolla un día de trabajo en la mina, con ejemplos gráficos, y anécdotas de las mujeres protagonistas en el programa.

    Igualdad en Sandfire MATSA

    Sandfire MATSA cuenta con mujeres en sus distintas áreas y departamentos, desde camioneras, hasta palistas, perforistas, operadoras de bulonadora, de saneadoras, de planta de tratamiento, de plantas de aguas, almaceneras, supervisoras, técnicas, jefas, directoras, entre otras muchas posiciones. Más del 60% de las mujeres trabajan en áreas operativas y de mantenimiento, y más del 30% en áreas de administración, otro dato significativo que refuerza este claro cambio de tendencia.

    Actualmente, el empleo directo femenino en Sandfire MATSA supera ya el 22%, muy por encima del 9,1% del sector minero a nivel nacional. A estos datos, ya de por sí positivos, se le suma la tendencia de crecimiento en la presencia femenina en los procesos de selección, donde cada vez hay más candidatas, poniendo así de manifiesto su interés en incorporarse en operaciones mineras.

    El 30% de las incorporaciones al equipo de Sandfire MATSA en 2024 fueron mujeres. Solo en el mes diciembre de 2024, el 50% de los procesos de selección realizados en Sandfire MATSA concluyeron con la incorporación de nuevas mujeres en sus operaciones, más de la mitad en interior de mina.

    En Sandfire MATSA existe un convenio colectivo fuerte, que garantiza la conciliación, tanto a hombres como a mujeres, además de un Plan de Igualdad implementado en 2023.

    Sobre Sandfire MATSA

    Las actividades de Sandfire MATSA, ubicadas en la provincia de Huelva y con tres minas subterráneas en los términos municipales de Almonaster la Real y Calañas, consisten en la exploración y extracción de minerales y su tratamiento en una planta de procesamiento de clase mundial, que opera las 24 horas, 365 días al año.

    Como parte de Grupo internacional Sandfire, Sandfire MATSA desarrolla su actividad de forma responsable y segura, para extraer y producir concentrados de mineral de calidad, concretamente de cobre, zinc y plomo.

    El cobre es una piedra angular de la economía global y un metal fundamental para el crecimiento económico internacional, y cada vez más importante por su contribución a la descarbonización del mundo.

  • La mina no es solo un nombre en femenino

    La mina no es solo un nombre en femenino

    Ya fuese en las cuencas mineras del norte o en las del sur de la Península Ibérica, es lamentable el reconocer que la explotación de las riquezas de la tierra fue cosa de hombres. Ese sistema paternalista de ver y adoptar la minería desde el punto de vista masculino, toda ella como si fuese de propiedad exclusiva del varón, donde él dicta las normas y las hace cumplir como si de una familia patriarcal se tratase; es un entendimiento arcaico. El machismo es una cultura que debe desaparecer en todas sus doctrinas; en la minería parece que la tendencia actual es ir aboliéndose desde la década de 1990 (“la minería es de todos y de todas, es la única manera de ser enfocada”).

    Al contrario de lo que se ha difundido y dado a conocer desde tiempos inmemoriales, la presencia de la mujer en la minería ha existido desde siempre; nombrar a las mujeres en los tajos era algo inaudito para los varones mineros, la política del país era no darse a conocer su presencia, ni permitirles su trabajo en los tajos. Todo era incierto, las mujeres desarrollaron desde el S. XIX trabajos en minería de interior y en sus diferentes instalaciones, siendo conocido en el sector que ellas realizaban las tareas peor consideradas, peor cotizadas y menos deseadas de todos los trabajos.

    Escasas han sido las referencias a la presencia de aquellas mineras que constituyeron una parte importante de la fuerza de trabajo en las explotaciones mineras del país. Esposa, madres e hijas, todas han sido olvidadas en el devenir de los tiempos, siendo relegadas a los papeles de esposas, cuidadoras y defensoras de los hijos. El numero de empleadas comparado con el de empleados es mínimo, pero eso no debe ser razón para olvidarlas; es un hecho, el cual no podemos obviar, que por ejemplo, durante el desarrollo de la I y II Guerra Mundial, cuando los hombres marcharon al frente a combatir, sus puesto de trabajo quedaban vacóos, siendo las propias empresas mineras las que optaron por cubrirlos contratando mano de obra femenina.

    No es hasta la segunda mitad del S. XIX cuando resurge la minería en España. Ello nos llevó al empleo de métodos sofisticados de extracción de mineral y nuevas tecnologías extractivas. El paulatino desarrollo de dicho sector trajo consigo la alta demanda de mano de obra a emplear; primero se contrataron personas de la población autóctona, posteriormente los mineros ambulantes (personas venidas de todas partes de la península ibérica y lusitana buscando mejorar sus condiciones laborales y económicas) y, por último, pero no menos importante, el colectivo femenino, cuya presencia no fue menos necesaria que la del resto de trabajadores masculinos. Sus funciones no se relegaban únicamente a las tareas domésticas y reproductivas consideradas por entonces propias de su sexo, sino que trascendieron mucho más allá, haciendo posible que el sector industrial pudiese proliferar y avanzar, porque como bien nos describe con sus palabras Montserrat Garnacho, “la mina atañe también a las mujeres porque ellas fueron quienes mantuvieron con su trabajo buena parte de la estructura económica y social que la hizo posible en cualquier época y lugar” (Montserrat Garnacho, ‘Mujeres Mineras’).

    Carboneras en el Valle del Nalón, Valentín Vega.

    También durante la dictadura de Franco el número de mujeres empleadas en la minería del carbón fue relevante y significativo. Todas estas mujeres trabajaban durante interminables jordanas de trabajo de sol a sol y por la mitad del sueldo que por entonces percibía un minero masculino, pero que era muy necesario para poder mejorar la economía actual de sus hogares.

    El perfil de trabajadora o minera era el de mujer joven y soltera, aunque también existía un perfil de mujer viuda y el de casada. Los cargos o puesto que desempeñaban no eran los más deseados dentro del gremio, de hecho estaban bastante mal considerados desde el punto de vista del minero. Estos era el de entibadoras, aguadoras, lampisteras, carboneras, vagoneras, dependientas de economato, telefonistas… Además de esta fatal consideración tan poco fructífera, también debían soportar discriminación a nivel salarial pues algunas de ellas no podían cobrar su nómina, quedando este derecho a poder ser ejercido únicamente por el marido.

    Carboneras de la mina La Encarná, rodeadas de carbón y cargando un vagón con sus palas (Colección Asociación Amigos del Valle de La Hueria)

    También tenían que vivir condiciones sociales denigrantes, ya que por otro lado las viudas de los mineros tienen el ‘privilegio’ de trabajar en la mina por la mitad del sueldo y trabajando más horas que el resto de sus compañeros varones. Tampoco se les respetaban pagas por daños laborales, no teniéndoseles en cuenta cuando enfermaban por culpa de los trabajos que desarrollaban. Por ejemplo, si enfermaban por silicosis, no se les reconocía el derecho a una paga por enfermar de este síndrome, pues legalmente se entendía que ellas trabajaban en labores de exterior de mina.

    No olvidemos que, además de todo lo hablado, también estas mujeres mineras debían de soportar el acoso machista de la sociedad que dejaba recaer sobre ellas el peso de todas las obligaciones del hogar.

    Concluiré diciendo que el trabajo de la mujer minera coincide con la expansión de las explotaciones a finales del S. XIX, cuya demanda y contratación de mano de obra femenina fluctuaba bastante en función de los diferentes periodos de escases de trabajadores varones debido a los devenires de la historia, como por ejemplo las guerras mundiales y otros. Tampoco debemos olvidar que desde 1897 la Ley vigente no permitía emplear mano de obra femenina para trabajos en interior de minas.

    Toda esta situación tan injusta ha ido desapareciendo con los años. Prueba de ello es que en 1992 el Tribunal Constitucional quita la razón a uno de los gigantes estatales del carbón, fallando a favor de que el trabajo en interior de mina pudiese ser desarrollado por mujeres, o mejor dicho, por mineras.

    Existen otras jurisprudencias a favor de esta lucha, pues fue reconocido en 2001, por parte del Tribunal Constitucional, el derecho de una mujer a trabajar dentro de la mina, sentencia que supuso un antes y un después en la nueva era de las mujeres mineras.

    Aunque este proceso de cambios sea lamentablemente lento, al menos es un camino que ya se está recorriendo. Las mejoras y avances en las tecnologías que se emplean en las explotaciones de mineral posibilitan minimizar la carga física del trabajo, siendo esta una gran aliada. Gracias a los grandes avances en la tecnología, el trabajo en la mina se desarrolla mediante el empleo y manejo de las máquinas con otros dispositivos y no con nuestra fuerza; todo esto nos une en un solo sentir, haciendo posible la transición, permitiendo desaparecer esas islas del pensamiento machista que aún persisten en nuestros días.

    Por Héctor Vélez, ingeniero de Minas

    Foto principal: Mujeres de mineros llevando sacos de carbón. Acuarela de Vincent Van Gogh, La Haya, 1882