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  • José Manuel Gómez nos traslada a la mina de inicios del siglo XX con ‘El pozo de Riotinto’

    José Manuel Gómez nos traslada a la mina de inicios del siglo XX con ‘El pozo de Riotinto’

    Profesor de Lengua y Literatura en el IES María Galiana de Montequinto (Dos Hermanas), el autor riotinteño presenta su nueva novela este viernes en el Ayuntamiento de la localidad

    Siendo el mayor de cuatro hermanos, desde pequeño, José Manuel Gómez Fernández (Minas de Riotinto, 1971) fue un gran amante de las letras, lo que se manifestó en su pasión por la lectura y su temprana vocación por la escritura. Esta pasión le llevó a elegir la carrera de Periodismo, para lo cual, con 18 años, se fue a estudiar a Sevilla, a la recién creada Facultad de Ciencias de la Información de la Hispalense. Sin embargo, al año siguiente, decidió cambiarse de titulación para decantarse por los estudios de Filología Hispánica (1991-1995).

    Después de tres intentos, José Manuel consiguió convertirse en funcionario docente de la especialidad de Lengua Castellana y Literatura. Desde entonces hasta ahora, tal y como nos cuenta, “he ocupado plazas en distintos institutos de enseñanza secundaria, entre ellos el Vázquez Díaz de Nerva. Actualmente, tengo plaza definitiva en el IES María Galiana de Montequinto, en Dos Hermanas, en Sevilla”.

    Una actividad profesional que ha compaginado con su pasión por la literatura, por ejemplo, fundando la tertulia literaria sevillana ‘Los Mercuriales’, además de haber publicado ensayos, textos teatrales, poesías y textos misceláneos no editados en papel en su propio blog (http://losmercuriales.blogspot.com/).

    Y, junto a todo ello, este riotinteño ha publicado varias obras, como sucede con la novela corta ‘En busca de la flor de la siempreviva’ (editorial La Isla de Siltolá, colección Levante; Sevilla; 2011) y con la recopilación de cuentos ‘El profesor sevillano y otros cuentos’ (Editorial Vitela; Sevilla; 2012).

    Títulos a los que, ahora, se une la novela ‘El pozo de Riotinto’, que presenta este viernes, 29 de marzo, en su tierra natal, en el Ayuntamiento de Minas de Riotinto. Un entrañable acto que estará presentado por Soledad García Gómez, contando con la participación del editor del libro, Manuel Ortega, de la editorial Onuba, además del propio autor, con el que conversamos sobre su vida y sus inquietudes en esta entrevista, en la que también nos adelanta más detalles de su nuevo libro.

    libro el pozo de riotinto

    -José Manuel, ¿cuándo se adentró en la escritura?

    -Tengo recuerdos muy lejanos asociados a la lectura. El placer de leer me llevó a intentar transmitir emociones igual que los autores que me apasionaban. Conservo como oro en paño mis primeros escritos. Entre ellos figura una antología de citas de autores célebres, mis primeros tanteos poéticos, un relato publicado en el periódico de la escuela, otro con el que quedé en tercer lugar en la convocatoria de un premio organizado por el IES Vázquez Díaz de Nerva o una obra de teatro que escribí en el primer curso de Bachillerato (equivalente al 3º de ESO de hoy). Es curiosa esta última anécdota. La profesora de Historia, Carmen, le propuso a mi clase dos opciones: o estudiábamos el tema de la Revolución Francesa para un examen o montábamos una representación teatral sobre ella. La clase se decidió por hacer teatro, encomendándome a mí, ya que todos mis compañeros conocían mi gusto por la escritura, la tarea de escribir el texto. En las vacaciones de Semana Santa me empapé en una enciclopedia de la historia de aquella revolución y, al volver al instituto, le presenté el drama histórico, el cual aún conservo, a la profesora. A final de curso representamos la obra para todo el instituto. Yo pensaba que mi tarea en aquella función había concluido con la escritura del texto, pero resultó que el alumno que iba a hacer de Robespierre enfermó y, a mi pesar, tuve que reemplazarlo.

    -Ahora presenta el libro ‘El Pozo de Riotinto’. ¿Qué destacaría de esta obra?

    -Es un libro heterogéneo que mezcla una narración clásica, (la del incendio provocado del pozo Alicia en Minas de Riotinto en la huelga de 1913, el cual causó la muerte de siete trabajadores -cinco ingleses y dos españoles- y la de la represión en Nerva de la huelga de 1917), junto con reflexiones mías sobre el arduo proceso de la escritura, el paso del tiempo, que va cambiando todo, o la importancia de conocer bien nuestra historia para evitar los errores del pasado. Igualmente es una suma de historias verídicas de mi familia, pasajes de creación enteramente literaria, prosa poética…

    -¿Qué relevancia tiene esta historia?

    -Es un libro que mezcla géneros y textos de distinta naturaleza, en una amalgama que pretende ser moderna y, al mismo tiempo, unirse a la larga tradición de las historias orales de nuestra infancia. Pienso que puede resultar interesante para el lector que el autor comparta con él sus reflexiones sobre el proceso de escritura junto con la mera narración de los hechos, ya contados por otra parte en libros de historiadores como David Avery o Pedro Real.

    -Se trata de su tercer libro.

    -Sí, antes de esta novela he publicado en papel dos libros: la novela corta ‘En busca de la flor de la siempreviva’ (2011) y la recopilación de cuentos titulada ‘El profesor y otros cuentos sevillanos’ (2012).

    -¿Es amante de la historia y la investigación?

    -Me apasiona descubrir historias, ya sea leyendo, viendo películas o series y, por supuesto, escribiendo.

    -¿Algún proyecto de futuro?

    -Quiero seguir escribiendo. En realidad ya estoy preparando la historia que quiero escribir el próximo verano. Estará ambientada en la relación del ser humano con la naturaleza.

    -¿Qué supone para usted la Cuenca Minera?

    -El lugar en el que me crie, donde pasé mi infancia y primera juventud. Tengo mucha añoranza de aquella época: de mis amistades, de familiares que ya murieron… Aunque vivo en Sevilla, no hay un solo día en que no recuerde mis orígenes riotinteños.

    -¿Qué es lo que más echa de menos de ella cuando está fuera?

    -A mis padres, a los que no puedo ver todo lo que yo quisiera, y a amigos a los que veo prácticamente una vez al año: en Navidad o en la Virgen del Rosario. Por supuesto, también el paisaje único de las minas.

    -Para terminar: un mensaje a tus paisanos.

    -Al escribir este libro me he dado cuenta profundamente de lo grandiosa que es la historia de las minas de Riotinto. Espero haber contribuido modestamente a fijar el conocimiento de unos hechos heroicos, los acaecidos en 1913 en el pozo Alicia y en Nerva en 1917, que son una muestra sintomática de lo mejor y de lo peor de la condición humana. Debemos conocer nuestra historia, que está llena de matices, más allá de la simplicidad a la que tendemos muchas veces con mensajes instantáneos de redes sociales que aportan poco al lado de la lectura de verdad, la de toda la vida: la lectura en papel.

    ‘El pozo de Riotinto’. Se trata de un libro heterogéneo que mezcla una narración clásica (la del incendio provocado del pozo Alicia en Minas de Riotinto en la huelga de 1913, el cual causó la muerte de siete trabajadores: cinco ingleses y dos españoles) junto con reflexiones del narrador sobre el arduo proceso de la escritura, el paso del tiempo que va cambiando todo o la importancia de conocer bien nuestra historia para evitar los errores del pasado. Igualmente es una suma de historias verídicas de la familia del autor, pasajes de creación enteramente literaria, prosa poética… Es un libro, pues, heterogéneo, una mezcolanza de géneros y de textos de distinta naturaleza, en una amalgama que pretende ser moderna y al mismo tiempo unirse a la larga tradición de las historias orales de nuestra infancia.

  • La zalameña Rocío Bolaños recorre con su clarinete escenarios de todo el mundo

    La zalameña Rocío Bolaños recorre con su clarinete escenarios de todo el mundo

    Afincada en Inglaterra desde 2009, esta experta en música contemporánea cuenta con un Máster de Especialización en la Hochschule der Künste Bern de Berna (Suiza) y con estudios de posgrado en el Royal Northern College of Music de Manchester

    Nacida hace 33 años en Zalamea la Real, Rocío Bolaños Mora es una clarinetista profesional especializada en música contemporánea que, en la actualidad, se encuentra en Londres desarrollando una destacada carrera musical. Una trayectoria que, en sus inicios, le llevó al Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla, donde finalizó sus estudios superiores de clarinete, para, después, hacer un Máster de Especialización en Música Contemporánea en la Hochschule der Künste Bern en Berna (Suiza), con el maestro Ernesto Molinari.

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    Tras esta formación, la joven se marchó a Reino Unido, donde completó sus estudios de posgrado en el Royal Northern College of Music de Manchester, donde también obtuvo sus Postgraduate Diploma in Solo Performance, Junior Fellowship y el International Artist Diploma.

    Además, esta zalameña es miembro fundador del Ensemble Distractfold, con el que ha actuado en festivales de música contemporánea en más de diez países diferentes, algunos de los cuales están celebrando su 47 y 48 edición, como el Internationale Ferienkurse für Neue Musik Darmstadt (Alemania), Kalv Festival (Suecia), Experimental Sound Studio (Chicago, USA), Kammer Klang (Reino Unido), Spectrum (Nueva York, USA), Rainy Days (Luxemburgo), Klang Festival (Dinamarca), IGNM Garde du Nord (Suiza) y Bludenz (Austria), entre muchos otros.

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    Una trayectoria con la que continúa cosechando éxitos, puesto que sus próximas actuaciones le llevarán a países como Rusia, Alemania, Italia y Austria. Y es que Rocío, junto con sus compañeros de Distractfold Ensemble, han sido invitados como ensemble residente en la prestigiosa Universidad de Harvard (Boston, USA), en la Universidad de Stanford (California, USA), Ithaca College (Nueva York, USA) y en la Universidad de Brunel (Londres, Reino Unido).

    No en vano, durante sus primeros años en Reino Unido, esta zalameña trabajó con algunas de las orquestas más importantes del país, como la Royal Opera House, BBC Symphony Orchestra, BBC Philharmonic Orchestra, BBC Concert Orchestra, Liverpool Philharmonic, Hallé Orchestra y Southbank Sinfonia, tocando en los teatros más importantes de Inglaterra, tal y como el Royal Albert Hall, Barbican Hall, el Royal Festival Hall y el Teatro del Royal Opera House Covent Garden, entre otros.

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    Además, Bolaños también ha trabajado con la Orquesta Sinfónica de Madrid en el Teatro Real durante los dos años que fue miembro de la Academia de la Orquesta Sinfónica.

    En la actualidad, Rocío compagina su carrera como clarinetista con la faceta docente, puesto que tiene alumnos de clarinete y saxofón tanto privados como públicos, como sucede en el centro de música Bromley Youth Music Trust de Londres, donde trabaja desde 2014. Es decir, trabaja como freelance, y, a la vez que es profesora, prepara sus conciertos por Europa y EEUU con su ensemble Distractfold, además de buscar constantemente la posibilidad de producir nuevos proyectos con otros artistas.

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    Residente en Londres desde 2012 –aunque llegó a Inglaterra en 2009-, asegura que es “una ciudad impresionante, llena de oportunidades y culturas diferentes. Puedes hacer cualquier actividad que se te pase por la cabeza en cualquier momento del día, siete días a la semana, 365 días al año. Es brillante para cualquier artista”. Eso sí, por otro lado, también afirma “lo duro que es sobrevivir en esta ciudad. Es excesivamente cara y la calidad de vida no es muy buena, a no ser que tengas un sueldo bien alto. Si es así puedes disfrutar al máximo de Londres, si no, tienes que estar continuamente trabajando para poder sobrevivir (como yo)”. A pesar de sus inconvenientes, esta zalameña afirma que “he conocido a gente increíble de muchísimos orígenes y culturas diferentes, hecho que ha enriqueciendo mi experiencia a niveles inimaginables”.

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    A pesar de este balance positivo, esta zalameña reconoce que cada vez echa más de menos Huelva, sobre todo, “el clima, la comida y el calor de la gente. Sé que suena a cliché, pero es la realidad. Hace diez años, cuando salí de España, nunca pensé que diría estas palabras, pero la verdad es que, si tuviera las oportunidades que tengo en Europa, no me lo pensaría dos veces en volver”.

    En cualquier caso, es una apasionada de la música, estudios que eligió por muchos motivos, pero “si tuviera que escoger uno te diría que por ser una plataforma para poder compartir y comunicar mi arte con el público, y, si es tocando con amigos, ¡mucho mejor!”, afirma.

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    A partir de aquí, también nos cuenta que “la razón por la que me he especializado en música contemporánea y experimental es por el constante reto que supone aprender nuevas formas de llevar tus habilidades como músico e intérprete al extremo absoluto tanto psicológico, como físico y emocional. Un ejemplo es mi último concierto hace dos semanas en Suecia. Toqué una de las obras más complejas a las que me he enfrentado como músico profesional. Una obra con mi clarinete bajo que dura 80 minutos sin descanso. He estado estudiando esta obra durante el último año, y más a fondo en los últimos seis meses. No te podría decir exactamente cuántas horas de estudio individual le he dedicado, pero te puedes imaginar…, aparte de ser muy difícil de descifrar y estudiar –como reto psicológico-, tienes que añadirle la implicación emocional y física… La ventaja de trabajar o crear obras desde la nada con compositores que están vivos es algo que no tienes disponible en la música clásica tradicional. La creación en colaboración con el compositor, o simplemente improvisando, me da mucha libertad creativa, algo que no tengo cuando toco en una orquesta profesional, por ejemplo”.

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    En cualquier caso, Rocío asegura que “no me arrepiento para nada de haber elegido esta profesión. Hay veces que es duro, ya que no pertenezco a ninguna entidad como una orquesta o banda profesional, por lo que no tengo un sueldo estable, pero, a la vez, tengo la flexibilidad e independencia creativa para hacer lo que realmente me apasiona y con quien me apetece”.

    Siendo así, sus planes futuros son continuar haciendo conciertos en países donde no ha tenido la oportunidad de tocar todavía y viajar mucho. Por ejemplo, “en este momento, me estoy preparando conciertos en La Haya, Utrecht, Berlín, San Petersburgo, Turín y Bludenz, de abril a octubre”, nos dice.

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    Su sueño es que “la música contemporánea no tuviera el estigma o la mala reputación que tiene en países como España. Educar a la audiencia a saber apreciar este tipo de arte desde otra perspectiva para poder abrir más el círculo y la mentalidad de la gente, crear oportunidades para nuevo artistas emergentes que tienen tanto potencial, pero que se ven reprimidos al no tener la ayuda económica que necesitan para poder expresarse, tanto en la música como en el arte en general”.

    Toda una lección de esta clarinetista natural de Zalamea la Real, para la que la Cuenca Minera suponen sus raíces. Una tierra de la que, como nos contaba, echa de menos “el clima, la gastronomía, la gente y, por supuesto, a la familia”.

  • Lorenzo Adame, un nervense que sueña con regresar a su tierra más de 50 años después

    Lorenzo Adame, un nervense que sueña con regresar a su tierra más de 50 años después

    Reside en Mallorca desde 1977 y espera volver para «acabar mis días en mi pueblo», del que guarda numerosos recuerdos y amigos a los que se refiere en esta entrevista 

    Lorenzo Adame Durán (Nerva, 1959) se marchó de su localidad natal siendo un niño, puesto que lo hizo justo después hacer la comunión en el año 1968. Su destino fue Barcelona, donde se encontraba su padre trabajando. Desgraciadamente, poco tiempo después, en 1971, falleció su madre, por lo que a él y a su hermano pequeño lo metieron en un colegio interno, perteneciente al Estado, un centro en el que estuvo hasta los 14 años, cuando comenzó a vivir en otra residencia estatal, en la que pagaba un alquiler cada mes. Así que pocos días después de salir del colegio se puso a trabajar como aprendiz de tornero en la Culligan Española.

    Así se fue desarrollando su adolescencia hasta que, con 17 años, en 1976, se alistó voluntario en la Marina Española, con la que estuvo en la localidad gaditana de San Fernando durante tres meses, a lo largo de los cuales sólo pudo estar un día en Nerva. Fue un momento muy especial para él, porque “lo recuerdo paseando por el paseo vestido de marinero con mi prima Conchita y su amiga cogidas de mis brazos”.

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    Después, lo destinaron otros tres meses a la Escuela de Máquinas en El Ferrol para el curso de cabo verde. Y, en 1977, desde Cartagena, le dieron a elegir como destino entre Barcelona y Palma de Mallorca. Fue así cómo llegó a Palma de Mallorca, donde se casaba con 20 años. Una tierra en la que sigue residiendo a sus 60 años. En la actualidad, tiene tres hijos, dos niñas y un niño, y once nietos.

    Tal y como nos cuenta, su asentamiento en Mallorca no fue inmediato, puesto que “cuando acabé el Servicio Militar me fui a Barcelona. Pero no tenía dónde quedarme. Mi padre vivía con su hermana. Así que, al día siguiente, le pedí para un billete de barco y me volví a Palma de Mallorca. Primero estuve viviendo en casa de un amigo y, luego, en casa de la que sería mi suegra. Cuando empecé a trabajar, me alquilé una casita pequeñita donde viví recién casado y con mi primer bebe”.

    Una vida completa en estas tierras en las que hace un buen balance en general, “con sus altibajos, pero positivo, porque tengo a toda mi familia alrededor de la madre y mío”.

    Este nervense reconoce que vivir en las Islas Baleares tiene sus pros y sus contras, porque, por un lado, “se vive bien. Hay playa, sol, fiesta, muchos extranjeros…, pero todo es muy caro y el sueldo es bajo”. De hecho, Adame Durán continúa trabajando, por lo que, “salvo que me toque la Primitiva, me jubilaré con más de 50 años cotizados”. Y es que tiene claro que lo más importante es que a su familia no le falte de nada.

    En cualquier caso, a pesar de llevar tantos años fuera de su tierra, Lorenzo asegura que “amo a mi Andalucía, a mi Huelva, a mi Nerva y a toda la Cuenca Minera”. Porque, para él, “la Cuenca Minera y, sobre todo, mi Nerva es fuente de mi inspiración”. Tanto es así que su objetivo es regresar a Nerva una vez que se jubile, para poder “acabar mis días en mi pueblo, donde, además, puedo vivir con la mitad del dinero que lo hago en Mallorca”. Una tierra, Nerva, a la que, hasta los 16 años, regresó siempre para las Fiestas de San Bartolomé.

    Entre los lugares que más añora de Nerva se encuentran “el Llano de los Caballitos, que es precioso; el cine de verano, con sus películas de romanos; también me encantaba el paseo lleno de puestos y abarrotado de gente; el llano del cine, y del Goro, con su pista de baile, su música en vivo, su olor a chocos y las charlotadas en la plaza de toros y el cine; el Cerro de los Baños, la piscina del Silva; el campo de fútbol Marismilla; el lavadero con mi madre lavando la ropa con mi tita Luisa y tantas y tantas cosas…; y, por supuesto, echo de menos a toda mi familia y a mis amigos Ignacio y Antonio, así como a otros muchos más que no me acuerdo de sus nombres”.

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    A pesar de ese amor hacia su localidad de origen, este nervense reconoce que viene poco, mucho menos de lo que le gustaría. La última vez que estuvo en Nerva fue el pasado mes de enero. “Me invitó el Centro Cultural a la Gala de Nervenses del Año y el Ayuntamiento al evento de los 100 años del Nerva Club de Fútbol. Fue maravilloso. Parecía que nunca me había ido. Fue cortito, pero intenso. Doy las gracias a todos y, en especial, a mi amigo Fran Vázquez, presidente del Centro Cultural, y a mi compadre y amigo Jesús Lozano ‘El Deli’”, nos cuenta.

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    Porque, para Lorenzo, “la Cuenca Minera, Nerva, son mis raíces, por lo que les tengo un cariño tan inmenso, casi obsesivo por toda mi tierra y mis paisanos, por mi gente de los encuentros de ‘Nervenses por el Mundo’, tanto en Nerva como en Barcelona, a los voy todos los años. Por eso, espero estar el próximo año en el de Nerva. Unos encuentros que me dan mucho trabajo, pero, a la vez, es un inmenso placer colaborar con ellos. Nerva es única”.

    Por todo ello, para despedirse, Lorenzo Adame Durán tiene claro que sus palabras son “¡Viva la Cuenca Minera. Viva Nerva y Viva la madre que les parió a todos!”.

  • Remedios Fariñas, una periodista riotinteña que desarrolla una intensa actividad investigadora desde Moguer

    Remedios Fariñas, una periodista riotinteña que desarrolla una intensa actividad investigadora desde Moguer

    Se marchó de Riotinto, junto a su familia, después de que su padre, como jurado de empresa del Sindicato Vertical, consiguiera que se pusiera la red de agua y alcantarillado en Alto de la Mesa, por lo que temían represalias por parte de la empresa

    Nacida en el Alto de la Mesa, en Minas de Riotinto, hace 61 años, Remedios Fariñas Tornero es otra minera por el mundo que queremos conocer en Tinto Noticias, dado que vive desde hace años fuera de la Cuenca Minera y, más concretamente, en la localidad onubense de Moguer. Tal y como ella relata, “nací en casa y con una matrona que venía de la Atalaya. Mi niñez la viví en mi pueblo acompañando a mi padre, que tocaba en la banda de música, en la Esquila y en los Campanilleros, y haciendo travesuras. Con 11 años, hice 1º de Bachiller en el instituto de Riotinto y, luego, llegaría hasta COU en Huelva”.

    El padre de Remedios pertenecía al antiguo jurado de empresa del Sindicato Vertical y lo destinaron a Huelva, porque, “desde su posición, consiguió que pusiesen toda la red de agua y alcantarillado en el Alto de la Mesa”. Según nos cuenta, “se seguía cogiendo el agua de la fuente y no existían los cuartos de baño, así que le recomendaron que se fuese a Huelva, porque podía haber represalias por parte de la Compañía de Riotinto por haberla obligado a poner aquello, así que salió de su pueblo con toda su familia hacia Huelva”. Esta fue la causa por la que se marchó de su localidad natal.

    Con 20 años, Fariñas se fue a Barcelona a pasar unos días con su tía. Allí conoció al que hoy es su marido, por el que, a pesar de que quería seguir estudiando, lo dejó todo. Se casó y tuvo una hija, llamada Jara.

    Pero la vida de Remedios iba a volver a cambiar, porque, tras once años viviendo en Barcelona, dejó su vida segura y regresó a Huelva debido a que añoraba la luz de su tierra y a los suyos. Así que, ni cortos ni perezosos, regresaron a Huelva, donde “pusimos una tienda de regalos y listas de boda. Nos fuimos a la ruina. Con lo poco que teníamos llegamos a Moguer y pusimos otro negocio. Esta vez acertamos de lleno. La tienda de decoración de interiores sigue funcionando perfectamente”.

    Una vez instalada en Moguer, a esta riotinteña le surgió la ocasión de retomar los estudios y, con una beca, se fue a Sevilla a estudiar Periodismo. Tal y como nos explica, “mi paso por la facultad fue precioso. Convivía con compañeros de clase, volvía a Moguer los fines de semana y las vacaciones. Me licencié en Periodismo, hice un Máster de Comunicación Institucional y Política y, por último, presenté mi tesis como Doctora en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Todo lo estudié con beca”. Una trayectoria que continúa en la actualidad, formando parte de un grupo de investigación, al tiempo que escribe artículos y participa en jornadas y congresos científicos.

    En total, lleva 25 años residiendo en Moguer, por lo que lo considera su segundo pueblo y donde se encuentra feliz. “Los moguereños nos acogieron fabulosamente. Además, el pueblo es una maravilla. Justo lo que su premio Nobel dice: ‘La luz con el tiempo dentro’. Con cada paso que das te encuentras algo especial, las casas blancas con las rejas, los patios frescos en las noches de verano y su playa de arenas blancas y atardeceres mágicos”, afirma.

    Este hecho no impide que siga sintiéndose riotinteña, porque “tampoco se me olvida jamás mi tierra roja, mi pueblo natal, sus rincones: el paseo del Chocolate y el cine de verano que ponían en el campo de futbol y que los críos veíamos desde una loma en el Alto de la Mesa. En fin, no se me olvidará nunca esa etapa de mi vida”.

    Es más, Remedios vuelve a la Cuenca Minera cada año desde que regresó de Barcelona, aunque confiesa que “al no tener familiares muy directos, solo una prima hermana y primos segundos, pues no suelo estar mucho tiempo. Pero, aún así, no dejo de ir cada vez que me es posible.

    Para ella, “Riotinto siempre ha sido un pueblo muy especial. Los ingleses pusieron las primeras escuelas que hubo en la provincia, así que mientras el índice de analfabetismo en otros pueblos era muy alto, en el mío no lo fue nunca. Por eso, cuando hablas con un paisano se nota. Y, por esa misma razón, desearía que conservara esa idiosincrasia. Un pueblo no es rico por su dinero, sino por su cultura. Y Riotinto puede presumir de eso”.

  • La zalameña Nazaret Domínguez hace del arte una forma de vida

    La zalameña Nazaret Domínguez hace del arte una forma de vida

    Estudiante de Bellas Artes en la Universidad de Granada, esta joven de 25 años ya ha tenido la oportunidad de mostrar su buen hacer artístico en diferentes trabajos, en los que el realismo y la figuración suelen ser los protagonistas

    Nazaret Domínguez López es una joven de 25 años, natural de Zalamea la Real, cuya trayectoria permanece unida a diferentes manifestaciones artísticas desde pequeña, puesto que, al tiempo que estudiaba Primaria y la ESO en su localidad natal, compaginó estas tareas con estudios musicales en el Conservatorio de Valverde del Camino, terminando 3º de Grado Medio –actual Grado Profesional- en el Conservatorio de Huelva.

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    Pero su creatividad no sólo se ha centrado la música, puesto que, posteriormente, se decantó por cursar el Bachillerato de Artes en Valverde del Camino, para concluir esta etapa preuniversitaria en la Escuela León Ortega de Huelva. Y es que, como nos aclara, “a pesar de haber cursado Bachillerato, preferí formarme en un Grado Superior de Cerámica Artística en la Escuela de Artes de León Ortega de Huelva”.

    Fue un paso previo a la elección de sus estudios universitarios: la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, una carrera que está cursando desde hace año y medio, lo que le ha obligado a vivir en la capital nazarí desde entonces. Desde Granada, Nazaret Domínguez asegura que se acuerda mucho de su tierra, de la que echa de menos especialmente “a mis padres y hermano, mis abuelos, mi familia en general y, por supuesto, mis amigos…, son parte imprescindibles en mi vida. Me haría falta una vida entera para devolverles todo lo que han hecho y hacen por mí”.

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    Reconoce que se decantó por estos estudios porque, “a pesar de saber que el mercado laboral en este ámbito es bastante difícil, siempre he creído que hay que estudiar y luchar por lo que uno ama realmente, por mucho sacrificio que conlleve”.

    De hecho, su balance de este tiempo es muy positivo, puesto que “siempre digo que el arte para mí es un arma de doble filo. Es lo único que me puede calmar y, a la misma vez, desesperar, hasta puntos que ni imaginaría. Pero no cambiaría por nada la sensibilidad y satisfacción que me genera”, afirma.

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    Una vena artística que viene desarrollando desde que tiene conciencia. Tal y como nos cuenta a Tinto Noticias, “me recuerdo pintando cualquier cosa que estuviera a mi alcance. Desde bastante pequeña sabía que quería ser artista. Fue en 1º de Bachillerato cuando me empezó a picar más el gusanillo del realismo y los retratos”. Y, de hecho, ha sido así cómo ha ido desarrollando un estilo que se asemeja al realismo, pero que está segura que irá evolucionando con el tiempo.

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    Una forma de trabajar que hemos tenido la oportunidad de comprobar, por ejemplo, en la portada del libro del riotinteño Raúl Delgado, ‘El puesto de las flores’, un proyecto que ha sido para ella “una gran experiencia. Me siento muy orgullosa de participar en ese magnífico trabajo, pudiendo hacer mi aportación para hacerlo aún más espléndido”.

    A partir de aquí, de cara a su futuro, Nazaret se plantea acabar la carrera y continuar su formación con el Grado de Restauración. Además, también le llama mucho la atención el mundo del tatuaje, por lo que no descarta hacer algún curso relacionado con este ámbito “para, en un futuro, poder montar un local donde vender mi arte y hacer tatuajes. No me desagrada para nada la idea”.

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    Y es que siempre ha sido una persona con muchas inquietudes y muy independiente, a la que le “encanta ganarme las cosas con mi propio esfuerzo, por lo que creo que mi sueño más cercano es poder tener una independencia económica gracias a mis trabajos, que me conozcan y sepan valorarme”.

    Por el momento, esta joven zalameña se siente satisfecha con los numerosos encargos que le están realizando, que le está permitiendo desarrollar su arte y creatividad.

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    Con todo, para despedirse agradece todo el apoyo que recibe, por lo que “cada día me siento más orgullosa de ser zalameña. He tenido la suerte de nacer en una preciosa comarca. Ahora que estoy lejos la valoro más y me gustaría que la situación económica en ella cambiara para que los jóvenes no nos viéramos obligados a alejarnos de ella para buscarnos un porvenir”.

  • El joven nervense José Vázquez, un figurante en la serie ‘Allí Abajo’ de Antena 3 y ‘Élite’, de Netflix

    El joven nervense José Vázquez, un figurante en la serie ‘Allí Abajo’ de Antena 3 y ‘Élite’, de Netflix

    Enamorado del teatro desde pequeño, este estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas se encuentra en Madrid, donde compagina sus estudios con su pasión por la interpretación, para lo que se formado en la Escuela de Teatro ‘San José’, cuna de actores como Paz Vega

    Con tan sólo 22 años, el joven nervense José Vázquez González puede decir que está labrándose un nombre destacado como actor. Y no es extraño. Porque es un apasionado del teatro desde pequeño, cuando, como nos cuenta, “me encantaba subirme a unas tablas, estar delante de unos focos, dar vida a otra persona”. Tanto fue así que empezó a hacer teatro siendo bastante niño, a los 8 años aproximadamente. Incluso, cuando se rodó la película ‘El corazón de la Tierra’ en la Cuenca Minera, tuvo la suerte de participar como figurante. “En aquel momento supe qué era ser figurante, sólo supe disfrutar de la experiencia (pruebas de vestuario, sets de rodaje, estrés, repetir escenas…). Fue la primera vez, pero tenía claro que no sería la última”, nos cuenta.

    Tras esta experiencia, José tuvo un parón de unos tres años, pero, como él mismo reconoce, “el teatro es un veneno y quien lo prueba no puede librarse, así que, en 3º de la ESO, volví a pisar las tablas nuevamente. Ahí representé mi primera obra de teatro seria: ‘Tres sombreros de Copa’, de Miguel de Miura. Tras esta obra, vinieron otras tantas, ‘Diez Negritos’, ‘Siete gritos en el mar’, ‘El sueño de una noche de verano’, ‘Las bicicletas son para el verano’, ‘La fuente del Arcángel’…

    Además, desde 2012, con el grupo ‘La Ignorancia de la sangre’, este nervense ha frecuentado varios rodajes en Sevilla, de la mano de CNG Casting, incluyendo, por ejemplo, la serie de Antena 3 ‘Allí Abajo’, donde ha participado como figurante en las tres temporadas.

    Jose Vazquez Alli Abajo

    Experiencias que se unen al hecho de ser el director del Festival de Cortos SCC Express de Nerva. Todo ello lo conocemos en primera persona a través de esta entrevista.

    -¿Cómo te surge tu interés por la interpretación?

    -Creo que, a quien le gusta la interpretación, lo sabe desde que nace. Quizás cuando eres niño no te das cuenta, quizás sólo se manifieste en que te encanta disfrazarte de pirata, de monstruo, de dálmata… El teatro y la interpretación es algo que siempre me ha encantado. Igual que había niños que jugaban al fútbol, yo hacía teatro. Recuerdo que mis padres me solían llevar a ver algunas obras, siempre por acompañarme: ‘Las mil y una noches’, ‘Hoy es fiesta’, ‘El sueño de una noche de verano’… Tuve la suerte de estudiar en u colegio donde el teatro tenía mucha importancia, por lo que era fácil poder practicarlo, al tiempo que podías aprender de muy buenos actores (amateurs).

    -¿Cómo te has ido desarrollando este ámbito?

    -Hablar de mi desarrollo en el teatro es hablar de la Escuela de Teatro ‘San José’, cuna de actores como Paz Vega, Manolo Caro (Los Serranos, Allí abajo…) o Antonio Dechent. Es la escuela donde me he criado, donde he pisado mis primeras tablas y donde más he podido disfrutar. En cuanto a la figuración, casi todos mis inicios han sido en Sevilla, donde he trabajado para ‘Allí Abajo’. Actualmente, me encuentro en Madrid, terminando mi carrera de Publicidad y Relaciones Públicas. Madrid, donde los rodajes abundan más que los bares, es un lugar idóneo para personas como yo. Mi estancia en la ciudad es corta, de septiembre a mayo, y, sin embargo, ya he trabajado para producciones importantes.

    El primer rodaje en el que he participado ha sido ‘Brigada Costa de Sol’, una coproducción de Mediaset y Netflix, cuyos protagonistas son Hugo Silva y Jesús Castro. Como curiosidad, en el rodaje coincidí con Miguel Ángel León Brázquez, nervense que está haciéndose con un hueco importante en la industria del cine y la televisión. Semanas después participé en ‘Si yo fuera millonario’, una película que cuenta con actores como Jordi Sánchez, Alex García, Alezandra Jiménez…

    Pero, sin duda, una de las cosas que más me emociona y que recuerdo gritar al leer el email de la citación, ha sido el rodaje de la segunda temporada de ‘Élite’, serie de Netflix con éxito internacional. Ha sido la mayor producción en la que he estado.

    -¿Algún trabajo del que te sientas más orgulloso?

    -Como figurante, ‘Élite’. Y, como actor, ‘Las bicicletas son para el verano’, una obra que marcó un antes y un después en mi trayectoria.

    Jose Vazquez dos

    -También has estado al frente del Certamen de Cortos de Nerva. ¿Cuál es tu balance de la experiencia?

    -Estar al frente del Festival de Cortos SCC Express ha sido todo un reto, con un final de en sueño. Mentiría si dijese que no fue duro. Crear un proyecto desde cero, con los problemas de apoyo y comunicación que eso tiene, es bastante difícil. Fueron meses de mucha incertidumbre, revisando con frecuencia las inscripciones y coordinándonos con el Ayuntamiento de Nerva, que se encargó de dar alojamiento gratuito a los participantes. Gestionar un proyecto en el que contábamos con más de 90 participantes de toda España era algo que nunca había hecho, y que, sin duda, me hizo crecer profesionalmente.

    El resultado a tanto trabajo no pudo ser mejor: doce cortometrajes que mostraban lo bonita que es Nerva y mi Cuenca Minera, dos equipos encantados con Nerva y “sus gentes”, un pueblo volcado con el proyecto… Los resultados en cuanto a impacto y difusión, tanto de nuestro entorno, como del talento de los participantes, fueron mucho mejor de los esperados.

    Puedo anticiparte, en primicia, que habrá una segunda edición de este festival. En Navidades nos reunimos con los responsables del Ayuntamiento y se comprometieron una edición más con el proyecto. Actualmente, estamos gestionando los patrocinadores, ya que un proyecto así necesita apoyo económico. No me gustaría cerrar este tema sin dar las gracias a Francisco José Vázquez Domínguez, presidente de la Sociedad Centro Cultural, y mi padre. Él fue quien creyó en el proyecto desde el minuto uno, animándome a sacar adelante esta iniciativa y a continuar con la labor de la Sociedad de traer cultura al pueblo.

    Jose Vazquez tres

    -Siempre lo has compaginado con tus estudios, ahora de Publicidad.

    -Actualmente estoy cursando el último año del grado, así que en unos meses será ya publicitario.

    -¿Qué estás haciendo en la actualidad?

    -Acabo de incorporarme a una empresa en Madrid donde estoy haciendo mis prácticas. La empresa es JN Global Project, líderes en branding gayfriendly y organizadores de algunos de los eventos más importantes a nivel nacional.

    -¿Tienes algún otro proyecto en el futuro?

    -Aún estando en Madrid, sigo haciendo teatro en Sevilla, en la Escuela de Teatro. Este año representaremos ‘La jaula de grillos’, una divertidísima comedia, donde el hijo de una pareja gay, que regenta una discoteca de ambiente, organiza una cena con su novia, sus padres y sus suegros (de extrema derecha) para que se conozcan. El enredo, las pelucas y las drags, muchas drags, darán paso a dos horas de risa.

    -¿Qué supone para ti la Cuenca Minera, Nerva?

    -Hace poco, cuando presentaba la Gala de los Nervenses del año, pude responder esta pregunta. Yo soy nervense, pero, desde que nací, he vivido en Sevilla. Cada fin de semana iba a Nerva, pero con el tiempo dejé de ir durante unos meses. Al volver, me quedé alucinado con el Cerro Colorao, con las vistas de Nerva según vas entrando en coche, con la alegría que tiene el paseo, con la cercanía de los vecinos… Y es que Nerva es un pueblo hecho por sus gentes, gente trabajadora y solidaria, gente que emprende e innova, gente que lucha por su tierra y que, cuando ha hecho falta, se han echado a la calle. Ante esto, sólo me queda decir que me siento súper orgulloso de ser nervense.

    -¿Algún mensaje final para tus paisanos?

    -Quizás muchos no sepan quién soy, o me conozcan como “el hijo del Fran”. Desde aquí, sólo decirles que nunca dejen que Nerva sea lo que ha sido, y que, siempre que pueda, aportaré mi granito de arena para hacer que Nerva siga más viva que nunca.

  • El nervense Adrián Maestre agradece el apoyo de la Cuenca Minera tras su paso por ‘Original y Copla’

    El nervense Adrián Maestre agradece el apoyo de la Cuenca Minera tras su paso por ‘Original y Copla’

    Estudiante de Trompeta y Flamencología en el Conservatorio Superior ‘Rafael Orozco’ de Córdoba, este joven de 26 años ha recibido el cariño de sus paisanos durante su paso por el conocido programa de Canal Sur, donde demostró sus dotes para el cante

    Nacido hace 26 años, en Nerva, en la calle Pizarro, Adrián Maestre Pérez estudió Primaria en su localidad natal para finalizar Secundaria en el Colegio ‘San Francisco Javier’ de Fuente de Cantos (Badajoz), un centro que recuerda con mucho cariño, puesto que, tal y como nos cuenta, “en él que pasé los mejores años de mi vida hasta ahora”. Una etapa tras la que finalizó el Bachillerato, de nuevo, en Nerva.

    Al mismo tiempo, Adrián se percató de que lo suyo era la música, puesto que “dese pequeño, siempre me ponía a bailar en cuanto escuchaba una sevillana o una canción cualquiera de pop. Así que me inicié desde muy pronto en la música, estudiando en diferentes conservatorios hasta hoy, cuando estoy terminando la carrera de Trompeta y la de Flamencología en el Conservatorio Superior ‘Rafael Orozco’ de Córdoba, además de ser componente de la Banda de Nerva y de la Banda Sinfónica de Córdoba”, afirma.

    Adrian Maestre dos

    En concreto, tras terminar el Bachillerato de Arte en Nerva, se fue dos años a Huelva para terminar el Grado Profesional de Trompeta, al tiempo que se preparaba para las pruebas al grado superior. Anteriormente, había estudiado en el Conservatorio de Nerva y el Conservatorio de Valverde del Camino, terminando sus estudios profesionales en el Conservatorio ‘Javier Perianes’ de Huelva. A lo largo de su trayectoria, además, ha impartido clases con numerosos profesionales de la trompeta, como Rudi Korp, Rainer Auerbach, Luis González o Benjamín Moreno, entre otros.

    En cuanto al cante, Adrián asegura que “empecé con la copla y, al poco tiempo, al conocer el flamenco jondo y gustarme tanto este género, comencé a interesarme más por él de manera profesional, de ahí que estudie Flamencología con grandes profesores, como la musicóloga Alicia González, el cantaor David Pino, el guitarrista Juan Antonio Expósito o el gran flamencólogo Faustino Núñez, entre otros”.

    Además, este cantaor se implicó hace cinco años en el Carnaval de su localidad, perteneciendo a una comparsa de Nerva, además de salir el pasado año en la Comparsa de Córdoba titulada ‘La clandestina’, agrupación que obtuvo el cuarto premio, con la distinción de ‘Púa de Oro’ al Mejor Púa del Carnaval cordobés 2018.

    Y, junto a todo ello, Adrián Maestre pertenece, junto a sus compañeros de Córdoba, al elenco de la compañía ‘El viaje’, que cuentan con dos espectáculos musicales: uno de villancicos flamencos y otro de flamenco. Experiencias más que interesantes que desgrana en esta entrevista concedida a Tinto Noticias.

    Adrian Maestre tres

    -Adrián, ¿cómo te iniciaste en el mundo de la música?

    -Comencé muy pequeñito, cuando a los 5-6 años me apunté a la Banda de Nerva. Entonces, a raíz de que me quedara embobado escuchando los tambores de la banda durante la procesión de San Antonio en Nerva, mi madre me llevó a apuntarme a la agrupación. Pero, al ser tan pequeño y no saber leer, tuve que empezar con el/la tambor/caja. A partir de aquí, a los dos años, aproximadamente, empecé con mi instrumento que hasta ahora es el que me acompaña, la trompeta, combinando la Banda de Música con el Grado Elemental de Música en el Conservatorio ‘Maestro Rojas’.

    -¿Por qué trompetista?

    -He sido trompetista desde mis inicios o, por lo menos, estudiante de esta especialidad. Un instrumento al que luego se unió el cante. Porque, realmente, llevo poco tiempo cantando, si lo comparamos con otros compañeros que, quizás, lleven el mismo tiempo que yo con la trompeta, es decir, desde pequeños. Hace seis o siete años que empecé a chapurrear rumbas y sevillanas y cuatro años que lo estudio más seriamente, que me dedico a ello de forma más profesional.

    -¿Qué ha supuesto para ti el Conservatorio Manuel Rojas de Nerva?

    -Aunque yo me inicié en la Banda, el Conservatorio supuso para mí nuevas ilusiones, nuevos compañeros, mis primeros profesores de trompeta, destacando a los dos que tuve: el nervense José Luis Bernal, que me dio mi primer añito, y, especialmente, José Manuel Toscano, que fue el que me inspiró y me dio las primeras sensaciones con la trompeta: la primera vez que di lenguaje musical, los primeros concursos de cámara afrontados con nervios, siendo tan pequeños, etcétera. En definitiva, supuso el comienzo de mi verdadero interés por la música.

    Adrian Maestre cuatro

    -Ahora te hemos visto en Canal Sur, en el programa ‘Original y Copla’. ¿Cómo te ha surgido la oportunidad?

    -Estando en Córdoba vi por televisión el número de teléfono de inscripción para los casting del programa. Nada más verlo, no dudé ni un instante en llamar y apuntarme. Fue con la copla como me empecé a interesar por el cante. Y, más concretamente, por el programa ‘Se llama copla’. Ver a personas tan jóvenes haciendo ese género me motivó bastante, aunque fuera para divertirme. Me apunté al último casting de ‘Se llama copla’, pasé el primer corte con el video que tuve que mandar cantando y me seleccionaron para ir al casting final, pero no me seleccionaron como concursante. Sin embargo, en ‘Original y Copla’ me seleccionaron como retante en la primera edición, en la cual estuve en ese programa, pero no conseguí quedarme. Así que, en esta segunda edición, volví a hacer los castings y me seleccionaron directamente como concursante. En esta ocasión, entraba un nuevo concursante cada semana y todos luchábamos por igual en cada gala para guardar nuestro puesto y no ser expulsado esa noche, ya que al final del programa quedarían cinco concursantes para que, a la siguiente semana, entrase uno nuevo. Yo entré en la gala 10 y mi suerte fue quedarme hasta el final, pudiendo llegar a la final y disfrutando del especial, ya fuera de concurso y como finalista junto a mis compañeros.

    -¿Cuál es tu balance de la experiencia?

    -Del uno al diez, un diez, indudablemente. He disfrutado como un niño pequeño, he vivido una experiencia increíble, he conocido a un equipo y a unos compañeros magníficos, he pasado unos nervios horrorosos en muchos momentos, nervios que intentaba convertirlos en fuerzas para crecerme más, el afrontar una situación en la que nunca había estado, habiendo pisado aun muy pocos escenarios…, pero estar en un plató de televisión, con un público, un jurado, cámaras pasando por delante mía, la orquesta en directo, un presentador, mis compañeros… Con todo esto he aprendido tanto, he conocido a tanta gente, a tantos profesionales y he tenido la suerte de poder cantar con una orquesta en directo y, sobre todo, coger más tablas y aprender, que era mi mayor objetivo en el programa de ‘Original y Copla’.

    -¿Qué te parece el apoyo que recibes de la Cuenca Minera?

    -Increíble. Es algo que nunca llegué a imaginarme. Sentirme tan arropado, con tantos mensajes desde mi primera gala… Con el video que se grabó en la puerta del ayuntamiento, tanto con mi familia como con muchísimas personas para darme apoyo en la final, no pude evitar emocionarme. Fue un chute de ilusión y energía. Ojalá que, aunque haya acabado el programa, no dejen de seguir apoyándome.

    -¿Qué esperas conseguir?

    -Creo que he conseguido bastantes cosas en lo personal y en cuanto al aprendizaje se refiere. El haberme cogido más tablas, haber enfrentado todas las situaciones que se daban en el programa, el haber estado seis semanas a pesar de no tener experiencia, con muy poco recorrido en el cante, el haber pisado pocos escenarios…, ¡quién iba a decirme que iba a mantenerme un mes y medio hasta el final del programa!, cuando yo rezaba por mantenerme aunque fuese dos semanitas (risas).

    Pero, lo que sí espero conseguir es seguir aprendiendo, que esta experiencia me haya servido para que me conozca más gente y que me salgan bolos cantando para seguir aprendiendo y continuar llevando mi música y mi voz a todas partes.

    Adrian Maestre cinco

    -¿Te has marcado algún nuevo objetivo?

    -Mis objetivos ahora mismo son terminar este año con la especialidad de Trompeta y la especialidad de Flamencología. Tampoco quiero dejar la copla para seguir aprendiendo con ella y avanzar en el flamenco, ya que intento, al menos, ser cada vez mejor cantaor.

    -¿Cuáles son tus planes futuros?

    -Aún no lo tengo del todo claro, porque la vida da muchas vueltas y no hay que cerrarse a nada, sino que es mejor caminar hacia un abanico amplio y así ser un profesional mejor y más completo. Uno de esos planes de futuros es enseñar todo lo que haya aprendido y dar clases de trompeta o de cante a todo el que quiera interesarse por el clásico o por el flamenco. Lo que sí tengo bastante claro es seguir aprendiendo y ser cada vez mejor persona, mejor músico y más profesional.

    -¿Qué estás haciendo en la actualidad?

    -Curso el último año de Trompeta y Flamencología, voy a mi querida Peña Flamenca ‘Amigos de Paco Peña’ de Córdoba, para poder practicar en público mis cantes en las tertulias que se realizan cada semana, dirijo, junto a Elena Sousa, la parte musical de una comparsa de mujeres de Nerva en la que también toco la guitarra y estoy preparando, junto a más compañeros y al presidente de la Peña Flamenca, el letrista y crítico flamenco Rafael Lora, una obra de teatro musical llamada ‘La Saeta Flamenca’, que estrenamos hace casi tres años y que tengo la suerte de volver a hacerla en este año para Semana Santa.

    -Para terminar, ¿un mensaje para tus paisanos?

    -Agradecer a toda mi Nerva, a toda mi Cuenca Minera, a mi familia, amigos, a mi gente de Córdoba y a todo el que me ha visto, todo el apoyo recibido, todos los piropos y consejos. Y que espero seguir teniéndolos a todos y así «quedará Adrián pa’rato».

  • El polifacético nervense Miguel Ángel León Brázquez, un rostro habitual de las series de televisión

    El polifacético nervense Miguel Ángel León Brázquez, un rostro habitual de las series de televisión

    Tras regentar durante 27 años un bar en Alcalá de Henares, este artista ha encontrado en la figuración una auténtica vocación, que compagina con otras facetas, como el dibujo o la música

    La vida de Miguel Ángel León Brázquez está ligada al arte en diferentes facetas desde siempre. De hecho, tras estudiar el Bachillerato en el IES Vázquez Díaz de Nerva, este nervense dejó su localidad natal para marcharse a Madrid a estudiar Diseño, una carrera que completó con otra formación en Marketing y Dibujo, gracias a la cual tuvo una experiencia profesional como profesor de dibujo a niños con necesidades especiales en Alcalá de Henares, ciudad en la que está asentado desde hace décadas.

    Miguel Angel Leon Brazquez

    De hecho, fue en Alcalá de Henares donde Miguel Ángel abrió un bar de copas que ha permanecido abierto durante 27 años, siendo su principal sustento económico en todo este tiempo. Una actividad que ha compaginado con otras facetas, puesto que este nervense hace de todo. Entre otras ocupaciones, pinta, es DJ y es un gran seguidor del Festival de Eurovisión.

    Miguel Angel Leon Brazquez pintura tres

    En la actualidad, a sus 52 años, después de cerrar el bar debido a que en su local han realizado otra edificación, León Brázquez ha sabido reinventarse, tanto que está triunfando en la televisión, donde se ha convertido en un rostro habitual de las series más conocidas, donde trabaja como figurante.

    Según nos cuenta, “en la actualidad, estoy dedicado a la figuración de películas y series, siendo varios los trabajos en los que he participado y que ya se han emitido, como, por ejemplo, sucedió la pasada semana en ‘Vis a Vis’, donde tuve varios primeros planos, y en ‘Amar es para siempre’”. Este nervense también tiene previstas otras apariciones en las series ‘Brigada Central’, ‘Altamar’, ‘Las Chicas del Cable’ o ‘45 revoluciones’, además, incluso, de la película de Amenábar.

    Miguel Angel Leon Brazquez pintura dos

    Trabajos de mucho interés, a pesar de que llegó a este mundo casi por casualidad. “Mi llegada a la figuración se produjo a través de un amigo. Realmente, siempre me había gustado el tema de la actuación y, de hecho, tengo familiares dedicados a este ámbito. Es más, en mi bar hacía actuaciones, porque me gusta la farándula y los espectáculos de cabaret. Pero nunca había hecho nada profesionalmente. Al principio, me inicié en la figuración casi como un hobby, pero, en poco tiempo, se ha convertido en algo más. Y como me está yendo bien, ya no quiero otra cosa”.

    Es más, Miguel Ángel no descarta realizar papeles con más trayectoria en el futuro, puesto que le están surgiendo oportunidades de hacer trabajos con diálogo. Y es que, aunque sólo lleva seis meses dedicado a la figuración, “me va muy bien. Me muevo en este ámbito como pez en el agua”.

    Todo ello lo compagina con su pasión por Eurovisión, festival que ha vivido en directo en numerosas ocasiones, realizando crónicas del evento en diferentes medios de comunicación, así como con la pintura y con pinchar música. Incluso, el pasado Fin de Año estuvo de dj en Nerva.

    Miguel Angel Leon Brazquez musica

    Y es que, aunque lleva fuera de Nerva desde los 17 ó 18 años, “para mí Nerva es mi tierra y me emociono cuando hablo de ella. Vaya donde vaya, digo que soy de Nerva, de Huelva. Realmente, es un lugar que la gente no conoce, así que les hablo de la provincia tan bonita que tenemos. Y mucha gente ha venido a Huelva por mí”, afirma.

    Una tierra en la que se siente querido, por lo que viene cada vez que puede. En este aspecto, “cuando tenía el bar venía poco, porque me era difícil por el horario y demás, pero siempre venía en mis vacaciones. Luego, en el año sabático que tuve me pasé casi todo el tiempo en Nerva. A mí me encanta estar allí. Y, ahora, con este trabajo de actor, voy cada vez que puedo. Y, de hecho, he ido a pinchar en Año Nuevo, he estado en vacaciones con mi madre, que para mí es sagrada, y también estuve en verano. Suelo ir de forma salteada, cada dos meses, en Navidad y en Semana Santa”.

    Miguel Angel Leon Brazquez pintura

    Por lo general, lo que León Brázquez echa más de manos de Huelva es la playa, en verano, y, por supuesto, a su gente. Nos cuenta que “echo mucho de menos a la gente de Nerva. Allí me conoce todo el mundo, porque, desde chico, he trabajado en la discoteca mientras estudiaba y, los más jóvenes, me están conociendo ahora a través de la música. Así que cada día echo mucho de menos estar en Nerva y disfrutar de ellos”.

    Con todo ello, para terminar, Miguel Ángel nos dice que “estoy feliz y muy agradecido a la gente de mi tierra”.

  • El riotinteño Luis Francisco Naranjo ayuda en Madrid a las personas más vulnerables

    El riotinteño Luis Francisco Naranjo ayuda en Madrid a las personas más vulnerables

    Tras marcharse de Riotinto hace 17 años, actualmente dirige la Obra Social de la Asociación ‘Espiral Loranca’, desde donde no olvida a su pueblo, al que adora y vuelve siempre para participar en sus fiestas y tradiciones

    Luis Francisco Naranjo Ramos es un riotinteño que, a sus 39 años, es director de la Asociación ‘Espiral Loranca’, una entidad con sede en Fuenlabrada (Madrid) que trabaja en favor de la infancia, juventud y familia en situaciones de vulnerabilidad.

    Todo un logro para este minero que pasó toda su infancia en Minas de Riotinto, hasta que, a los 18 años, se desplazó a Sevilla para estudiar la carrera de Magisterio, en la especialidad de Educación Primaria. Según nos cuenta en esta entrevista, “así estuve 3 años, a caballo entre el pueblo y la capital hispalense, hasta que, unos meses después de terminar los estudios, a principios del año 2002, me fui a Madrid para probar suerte y encontrar una oportunidad laboral”.

    Luis Francisco Naranjo tres

    No fue fácil, pero, tras unos meses en los que trabajó como operario de restauración en el Parque Warner, en diciembre de 2002 comenzó a desarrollar la labor de educador en la Asociación ‘Espiral Loranca’, una obra social que los Hermanos Maristas de la Provincia Ibérica habían iniciado en Fuenlabrada unos años antes.

    “Durante los primeros años, trabajé como educador de formación básica en programas de garantía social para jóvenes que no habían terminado sus estudios de ESO, enseñándoles las áreas de Matemáticas y Ciencias a los alumnos que iban a aprender el oficio de fontanería, informática o estética. También estuve varios años coordinando estos programas de formación, mientras lo compaginaba con las clases a los jóvenes, además de empezar a participar también durante las tardes en los programas socioeducativos para menores en el Centro de Día que tenemos en Fuenlabrada”, recuerda Luis.

    Luis Francisco Naranjo dos

    Esta experiencia le permitió crecer personal y profesionalmente, asumiendo nuevas tareas y responsabilidades, hasta que, en el verano de 2012, le propusieron asumir la dirección de la obra social. Una labor que desarrolla desde entonces y de la que nos habla en la presente entrevista, donde hace balance de sus 17 años fuera de la Cuenca Minera.

    -Luis, ¿por qué decidiste irte fuera, a Madrid?

    -La decisión fue tomada principalmente por la situación económica que había en casa. Eran tiempos difíciles, ya que mi padre, trabajador de la empresa que explotaba las minas, estaba junto al resto de empleados de la misma en plena lucha por conseguir unas jubilaciones y prejubilaciones dignas, después de que la empresa cerrara y la situación se estaba alargando demasiado, con todo lo que eso conllevaba. Así que en mi casa se tiraba para adelante con la ayuda de la pequeña pensión de mi abuela y con lo que se podía. Mi hermana mayor estaba trabajando fuera y la pequeña seguía estudiando su carrera en Sevilla, así que decidí que tenía que aportar lo que pudiera buscando un trabajo, donde fuera y como fuera.

    La casualidad hizo que la que por entonces era mi pareja vivía en Madrid y me facilitó la posibilidad de probar suerte en la capital. Creo que apenas lo pensé porque lo vi como una oportunidad de no ser una carga en casa mientras salía algo, así que llené el coche de trastos, me imprimí un mapa de cómo llegar a Madrid y me fui a vivir una nueva aventura. Creo que a mis padres les comuniqué mi decisión prácticamente el día antes, en plena celebración de los carnavales.

    -Tras 17 años en Madrid. ¿Cuál es tu balance de la experiencia?

    -Mi balance es muy positivo. He crecido y aprendido muchísimo a nivel personal y profesional. He vivido nuevas experiencias y, sobre todo, he conocido gente maravillosa en todos estos años. La única pega es que me separan algo más de 500 kilómetros de mi tierra.

    -¿Qué estás haciendo en estos momentos?

    -Sigo trabajando en la Asociación Espiral Loranca, el proyecto social en el cual aterricé por casualidad en diciembre de 2002, desarrollando la labor de dirección, pero, realmente, es una labor más entre otras tantas dentro de la entidad. La Asociación Espiral Loranca es una entidad que trabaja en favor de la infancia, juventud y familia en situaciones de vulnerabilidad mediante la prevención, promoción y educación integral, como factores de cambio y de justicia social, a través de la realización de programas socioeducativos. Se fundó como tal en el año 2004, aunque el proyecto inicial data del año 1997, fruto de la inquietud de los Hermanos Maristas por realizar una obra social en los alrededores de Madrid.

    Luis Francisco Naranjo asociacion espiral tres

    En la actualidad, cuenta con tres centros, donde atiende a diferentes perfiles de destinatarios: Un Centro de Día para menores de entre 4 y 14 años en Fuenlabrada; un Centro de Formación Profesional para jóvenes y adultos desempleados en Humanes de Madrid; y un Centro comunitario de promoción social para adultos, principalmente mujeres, también en el fuenlabreño barrio de Loranca. Atendemos a más de 350 personas al año con un equipo educativo de 17 personas y la inestimable colaboración de casi 30 voluntarios.

    Luis Francisco Naranjo asociacion espiral

    Mi función principal como director es coordinar la labor que se desarrolla en los diferentes centros, con la ayuda del resto del equipo directivo y los coordinadores de programas. También gestionar los recursos humanos y velar por el cumplimiento de los fines de la entidad. Gestionar la comunicación, servir de enlace con otras entidades sociales y con la Provincia Ibérica, búsqueda de financiación y captación de fondos, temas de calidad y cuando la ocasión me lo permite, disfrutar con los niños en actividades puntuales como un educador más, apoyando la labor de mis compañeros.

    -Es una labor muy gratificante…

    -Sí que lo es. El trabajo de educador es de los más gratificantes que existen. Yo soy maestro por vocación y siempre imaginé mi trabajo en un aula con niños, dando clase y enseñándoles. Pero esto no me lo esperaba. Nunca imaginé que mi trabajo consistiría en mucho más que eso. Dedicar tu tiempo a quien más lo necesita y ver sus pequeños gestos de felicidad y agradecimiento es la sensación más bonita del mundo. Y eso que, como explicaba anteriormente, ahora por mis funciones actuales no puedo dedicar todo el tiempo que quisiera a ejercer como educador, a estar directamente con los niños o jóvenes, pero, siempre que puedo, lo intento. Además, se aprende mucho de ellos y tienen mucho que decir como los verdaderos protagonistas que son en Espiral.

    Luis Francisco Naranjo asociacion espiral dos

    -¿Te has marcado algún nuevo objetivo?

    -De momento, en principio, tengo por delante casi otros tres años como director de esta obra social. Así que muchos de esos retos van en la línea de seguir consolidando la asociación. Siempre hay que seguir mejorando y aprendiendo y son muchos los objetivos que nos hemos marcado recientemente para este trienio: reconocimiento en aspectos de calidad, transparencia y buenas prácticas, mejorando nuestra puntuación en el sello Madrid Excelente e intentando formar parte de las entidades y ONGs acreditadas por Fundación Lealtad. También seguir abriendo nuevas vías de financiación para nuestros proyectos, intentando mantener las ayudas públicas y buscando nuevas alternativas en el sector privado mediante colaboraciones con empresas a través de su RSC. Seguir introduciendo mejoras metodológicas en nuestra práctica diaria y estar al día en aspectos innovadores, mejorando así la calidad de la intervención con nuestros destinatarios en todos los programas.

    Concretando un poco más, tenemos sobre la mesa un apasionante reto que es iniciar en breve un nuevo proyecto social en el madrileño barrio de Lavapiés, donde, a pesar de las numerosas entidades que trabajan en la zona con menores de población en su mayoría inmigrantes, siguen haciendo falta recursos socioeducativos para atender la demanda. Ahora mismo hemos conseguido un local que está en proceso de reformas y esperamos que pronto podamos iniciar el proyecto. Además, ya se han ofrecido muchas personas para colaborar provenientes de centros educativos Maristas de la capital.

    -¿Qué piensa tu familia y amigos?

    -Ellos están orgullosos de lo que hago y les encanta verme feliz con mi trabajo. Es cierto que estar lejos de ellos se hace difícil, pero siempre están presentes.

    -¿Cuáles son tus planes futuros?

    -Más allá de lo profesional, seguramente, formar una familia y seguir “viviendo”. Siempre he dicho, -y aún lo mantengo-, que me encantaría volver, si no a Riotinto, por el tema laboral principalmente, sí a Sevilla o Huelva. También soy realista y ahora mi vida está aquí, pero no quiero descartarlo. Me gusta pensar que la vida da muchas vueltas y nunca se sabe…

    -¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?

    -Por supuesto, mi tierra y mi gente. Yo soy muy mojino y, a pesar de la distancia, sigo haciéndome presente en Riotinto siempre que puedo. Sigo participando activamente en eventos como los Carnavales, que no he faltado ni un año a cantar a mi pueblo con mi chirigota de la peña El Doblao, sigo yendo cada otoño a las fiestas de la Virgen del Rosario para salir con La Esquila, San Roque, Navidades, Semana Santa, puentes… Muchas veces me dicen mis amigos que me ven más a mí que a otros que a lo mejor viven en Sevilla o Huelva. Y creo que no exageran tanto (risas).

    Luis Francisco Naranjo carnaval

    Mi familia, que, aunque estamos algo repartidos, siempre intentamos vernos todos, aunque sea una vez al año. Llegar a mi casa, porque siempre será mi casa, y estar con mis padres, charlando, en torno a una de las increíbles tortillas de patatas que hace mi madre y con una copa de un buen vino del que a mi padre siempre le gusta tener. Jugar y pintar con mi sobrino Mario, que es como mi sombra cuando coincidimos, a mí me encanta.

    Luis Francisco Naranjo amigos tres

    Mis amigos, que es cierto que cuando voy, a veces nunca coincidimos todos, eso es casi imposible ya, pero siempre hacen por estar y coincidir para disfrutar de ratitos juntos. Aprovechamos un café, una caña, un ensayo de la chirigota y, cuando se tercia, en ocasiones especiales, nos llegamos a juntar un buen número. Y ya cada vez con más niños pequeños en el grupo.

    Luis Francisco Naranjo amigos

    Es totalmente cierto eso de que hasta que no te toca irte de tu tierra no la valoras como cuando la disfrutas día a día.

    Luis Francisco Naranjo amigos cuatro

    -¿Qué supone para ti la Cuenca Minera?

    -Para mí es todo, mi tierra, mis raíces, mi infancia, mi gente… Es un orgullo enorme ser de Riotinto y lo llevo muy a gala, y los que me conocen lo saben. Recuerdo que me dio mucha pena empadronarme en Madrid, porque en mi documento de identidad ya no aparecería el nombre de mi casa (aunque siempre se leerá, como lugar de nacimiento, Minas de Riotinto). Aquí en Madrid, todos mis amigos y compañeros saben de dónde soy y lo que siento por mi tierra, saben que en Riotinto empezó a jugarse al fútbol y también saben que el color del río Tinto no es por la suciedad que arrastra el agua de los minerales. “Tú has estado en tu pueblo, ¿verdad?”, me dicen cuando me ven un lunes y me notan el acento “andalú” muy marcado.

    Luis Francisco Naranjo amigos dos

    -Para terminar: un mensaje a tus paisanos.

    -Agradecerles que se acuerden de mí y que quieran siempre lo mejor. Darles las gracias, porque me encanta que, cuando vuelvo a Riotinto, me saluden en la calle y me pregunten qué tal me va todo. Y decirles que, aunque evidentemente no siempre es oro todo lo que reluce, que, aunque Riotinto tenga su idiosincrasia, sus problemas, sus dificultades…, vivan y disfruten de nuestra tierra ellos que pueden y que tienen la suerte de seguir allí donde nacieron. Ojalá yo algún día pueda volver y quedarme para siempre…

  • El economista campillero Juan Carlos Domínguez, un coleccionista de libros con cerca de 900 ejemplares

    El economista campillero Juan Carlos Domínguez, un coleccionista de libros con cerca de 900 ejemplares

    Miembro de la Junta Directiva de Cistus Jara de Zalamea la Real, este apasionado de la historia acaba de adquirir la edición original de 1899 del libro Memorias de Hugh Matheson, una figura desconocida en la Cuenca Minera a pesar de su importancia en la explotación de las minas de Riotinto por parte de los británicos

    El economista y asesor fiscal y contable Juan Carlos Domínguez Vázquez (Minas de Riotinto, 1967) es un campillero que vivió en El Campillo hasta que se casó con su mujer, Inma. Siendo así, estudió en los colegios de El Campillo y Minas de Riotinto, mientras que el Bachillerato lo cursó en el IES Vázquez Díaz de Nerva. Una etapa tras la que se licenció en Ciencias Empresariales por la Universidad de Huelva.

    Tras casarse, Juan Carlos residió con su mujer y sus dos hijas, María y Celia, en Zalamea la Real, por lo que se considera campillero y zalameño. Eso sí, en la actualidad, por cuestiones laborales, viven en Huelva capital, aunque suelen venir mucho a la Cuenca Minera: “Normalmente, venimos a Zalamea todos los fines de semana. La población de la comarca está bajando y esta es una manera de mantener y valorar nuestros pueblos. Desde hace más de 10 años, pertenezco a la Junta Directiva de Cistus Jara, una asociación cultural de Zalamea cuya finalidad es la preservación del patrimonio y la naturaleza. Por ello, puede decirse que soy un enamorado de mi tierra y sus tradiciones. Y un apasionado por su historia, una historia muy rica”.

    Un enamorado de su tierra que ha desarrollado una amplia trayectoria profesional. Primero, comenzó a trabajar en El Monte, Caja de Ahorros de Huelva y Sevilla (actual Caixabank), en los pueblos de El Campillo, Riotinto y Nerva, donde rotaba según las necesidades y requerimientos del puesto. Tras un año en esta entidad, Juan Carlos pudo acceder a una beca como economista en Minas de Riotinto, S.A.L., donde estuvo trabajando durante siete años, hasta 2003, llegando a ser Responsable de Contabilidad.

    De aquella época, nuestro entrevistado recuerda cómo, “en el verano de 2001, junto con un compañero de trabajo, Rafael Sousa, bajamos al mismo corazón de la tierra, al corazón de la mina, a la sala de bombas del piso 45 de Corta Atalaya, a 435 metros de profundidad. Un poco más arriba, en el piso 33 del Pozo Alfredo, pudimos ver, entre otras, las maravillosas salas de colores de los vitriolos, unas formaciones de sulfatos creados en minas de interior”.

    Tras esta etapa, la vida de este campillero cambió debido a que la minería entró en crisis. Según él mismo nos explica, “la minería entró en crisis debido, principalmente, a los bajos precios de cotización del cobre, llegando a cotizar en 2002 por debajo de los 1.300 $/tm. Actualmente, el cobre cotiza en el entorno de los 6.000 $/tm”.

    Atrás quedaban unos años en Minas de Riotinto que para Domínguez, “como experiencia profesional y personal fue espectacular. Tengo que destacar que soy la cuarta generación de mineros en mi familia: mi padre Maxi, trabajó en la mina durante 35 años; mis dos abuelos, Maximiliano y José, también trabajaron en distintos departamentos de la mina; y mi bisabuelo, Sabas Domínguez, trabajó como contratista a principios del siglo XX. Como curiosidad, mi bisabuelo Sabas participó en el rescate de los mineros atrapados en el incendio del pozo Alicia el 3 de noviembre de 1913, recibiendo como reconocimiento por parte de la Rio Tinto Company Limited una medalla de oro grabada con su nombre”.

    Su siguiente destino laboral fue Astilleros de Huelva, S. A., donde comenzó a trabajar en 2003, llegando a ser director financiero de la empresa. “Durante mi etapa en los Astilleros se llegaron a construir cerca de 20 barcos pesqueros, 4 Ro-Ro para transporte de carga rodada y 2 barcos quimiqueros de última generación”, nos comenta.

    En la actualidad, Juan Carlos Domínguez trabaja como economista en Gabitel Ingenieros, S.L., una joven empresa onubense con una importante proyección internacional en el mundo de las telecomunicaciones, la ingeniería industrial y la consultoría software.

    Un puesto de trabajo que compagina con su afición a la investigación y a la historia, dos pasiones que le han permitido hallar algunos documentos de gran interés para la Cuenca Minera. Descubrimientos a los que ha podido llegar, principalmente, por su pasión por los libros. Es más, según nos comenta, “nuestra comarca es una de las zonas donde más libros se han escrito y de la que más ha sido estudiada, bien por el tema minero o bien por temas históricos-culturales”.

    Una afición que inició hace más de 20 años, cuando comenzó a coleccionar libros, porque, según dice, “creemos que los libros son la fuente del conocimiento y de la sabiduría”.

    Este interés le ha permitido coleccionar cerca de 900 ejemplares de todas las temáticas, autores y ediciones, entre los cuales se encuentran más de 80 volúmenes dedicados a las Minas de Rio Tinto o a la comarca minera, como ocurre con estudios mineros actuales, facsímiles de viejos libros de los siglos XV al XIX, libros publicados por tesis doctorales y una amplia variedad de obras que ponen de manifiesto la riqueza de la comarca a nivel cultural.

    El último ejemplar adquirido por Juan Carlos ha sido la edición original de 1899 del libro Memorias de Hugh Matheson, escrito por su esposa tras fallecer su marido un año antes. Tal y como nos explica este apasionado de la historia, “Hugh Matheson es poco conocido en nuestros pueblos mineros, pero él fue el artífice que creó la sociedad para comprar al estado español las Minas Nacionales de Riotinto. De origen escocés, fue uno de los hombres de negocios más conocidos de Londres. En 1873 creó un consorcio de financieros internacionales llamado Casa Matheson y Cía. y, el 14 de febrero, adquirió las minas por 92.800.000 pesetas. Además, fue presidente de la Rio Tinto Company Ltd. durante 25 años, desde 1873 hasta su muerte en 1898. Huhg Matheson tuvo muchas amistades españolas y se codeó con las más altas autoridades de la esfera política y social de la época, como el rey Alfonso XII, del que recibió La Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, o el presidente del Gobierno Cánovas del Castillo”.

     

    Una joya para los amantes de la historia y coleccionistas a nivel general, que se une a otros ejemplares de su colección realmente interesantes, como ocurre con la primera edición de 1920 de El Metal de los Muertos de Concha Espina y la edición de 1875 del libro de Lucas de Aldana Las Minas de Rio Tinto en el transcurso de siglo y medio, desde su restauración por Wolters en 1725…, libro difundido a través de impresión bajo demanda por Consulcom.es.

    Del mismo modo, en su biblioteca particular hay una gran variedad en formato de libros-facsímil como sucede con la Memoria antigua de romanos nuevamente descubierta en las Minas de Rio-Tinto, escrito por Francisco Thomas Sanz en 1762, cuando se descubrió en la galería de San Carlos la placa romana dedicada al emperador Nerva; Ensayo sobre las Minas de Riotinto, de Rúa Figueroa del año 1852; Descripción Física, Geológica y Minera de Huelva, de 1898 por Joaquín Gonzalo Tarín; Diccionario geográfico estadístico de Huelva, del año 1845 de Pascual Madoz; Memorias sobre las minas Nacionales de Rio Tinto, de Anciola y Cosio de 1856; o Memorias de Rio Tinto de Joaquín Ezquerra del Bayo de 1852.

    Del mismo modo, cuenta con tres facsímiles que han sido publicados por la asociación Cistus Jara, que pueden ser considerados como auténticas joyas patrimoniales: Las Reglas de la Hermandad de San Vicente de 1425; Las Ordenanzas de la villa de Zalamea de 1535; y El Libro de los Privilegios de Zalamea la Real, otorgado por Felipe II en 1592.

    En este punto, Domínguez aclara que, “hasta 1845, los pueblos y aldeas que configuran la actual comarca minera de Riotinto pertenecían al término municipal de Zalamea la Real. Por tanto, puede decirse que la historia de Zalamea es la historia de la Cuenca, la historia de nuestros cuatro pueblos y de las más de diez aldeas que conforman nuestra comarca”.

    En cuanto a los libros escritos en el siglo XX, este campillero nos resalta obras como Piritas de Huelva, de Pinedo Vara; Nunca en el cumpleaños de la reina Victoria de David Avery; El Desastre en el Pozo Alicia de Pedro Real Valdés; Cuatro volúmenes publicados por la tesis doctoral de Flores Caballero, Las Minas de Río Tinto hasta su venta a los ingleses; Historia de la arquitectura inglesa en Huelva, escrito por Miguel Vílchez; El Gibraltar económico: Franco y Riotinto 1936-1954, de Antonio Gómez; A cielo abierto de Félix Lunar; Minería y poder: Antropología política en Riotinto de Esteban Ruiz Ballesteros; Génesis del anarquismo en Minas de Río Tinto de Alfredo Moreno Bolaños; El Campillo. El gran desconocido de Gilberto Hernández Vallecillo; El Campillo, de la independencia a la democracia de Josema Vázquez Lazo; y Zalamea La Real: Aproximación histórica, de Antonio Domínguez y Manuel Domínguez.

    Y, junto a todo ello, un largo etcétera de volúmenes, así como artículos de periódicos de la época, de revistas mineras, documentos extraídos de libros, de la gaceta, crónicas, reportajes, noticias, ensayos, escritos, folletos, textos sueltos…

    En definitiva, una biblioteca personal de incalculable valor, que, como nos cuenta Juan Carlos, “al ser, principalmente, en formato papel podrá transmitirse de mano en mano, por lo que perdurará para las futuras generaciones, para que puedan disfrutar de estas joyas literarias”.